Cuando se habla de las bellas artes, el comienzo de su enseñanza en territorio mexicano enfrentó diferentes retos sobre todo dentro de sus estados, dichas dificultades quedan ejemplificadas con el hecho de que durante el siglo XIX no existió una escuela de dibujo o de las bellas artes en San Luis Potosí.

Las personas que tenían la inquietud de aprender dibujo y no contaban con una institución especializada en su enseñanza, debían acudir a instituciones como la escuela normal, la escuela industrial militar o la escuela de oficios para señoritas.

Otro estado que resalta por esta dinámica es Campeche donde la escuela de matemáticas y navegación fundada en 1841, incorporó dentro de su plan de estudios clases de dibujo en 1860.

Sin embargo, existían excepciones, pues lugares como Guadalajara contaron con una academia propia desde 1805, Puebla en 1813 y Aguascalientes en 1832. De estas instituciones salieron figuras del dibujo como José Guadalupe Posada, Saturnino Herrán y Jesús F. Contreras.

La existencia de las escuelas militares fue fundamental para que el arte del dibujo se expandiera en el país, aunque en un principio “el arte” no fue su objetivo tenía fines estratégicos y científicos, ya que les permitía captar topografía, terrenos o planos para la guerra.

La historia visual del dibujo en México a evolucionado en conjunto con la sociedad dando lugar a que sea muy rico en temas, enfoque y metodologías. A causa de su importancia países como Venezuela celebran el Día del Dibujante cada dieciséis de diciembre.

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