Un doce por ciento de los cristianos existentes en el mundo esperan hasta el siete de enero para celebrar navidad, esto representa a 260 millones de personas en el mundo, ¿Por qué?
La festividad tiene su origen en la decisión secular de las iglesias ortodoxas de separarse de la iglesia católica y de esta manera apegarse a un calendario distinto. Las posturas opuestas respecto al nacimiento de Jesús comenzaron en el año 325 d.C.
Durante el denominado Primer Concilio de Nicea el primer punto a tratar fue la unificación de la Pascua y tomaron como base el calendario juliano. Con el paso del tiempo se hicieron notorios los defectos de este sistema y se propuso el calendario gregoriano, siendo adoptado por la mayoría de los cristianos.
La parte ortodoxa por su lado, no estaba de acuerdo. Fue en 1054 durante el Gran Cisma que se habían dividido a causa de diferencias políticas y doctrinales. Por lo que, seguir la corrección de Papa Gregorio habría significado un solapamiento ocasional entre Pascua y Semana Santa, medida que va en contra de sus textos.
Es de esta manera que la iglesia ortodoxa rechazó el calendario gregoriano, así se llegó a 1923 cuando ya había una diferencia de trece días entre las navidades y para resolver la crisis del calendario en ese mismo año en el mes de mayo se reunieron lideres ortodoxos de Constantinopla, Chipre, Grecia, Rumania, Rusia y Serbia.
Tras múltiples debates el científico Milutin Milanković propuso una solución; una nueva versión del calendario juliano que comparte fechas con el gregoriano, pero no comparten todos los años bisiestos, fue adoptado por las iglesias de Rusia, Chipre y Rumania que celebran la navidad el 25 de diciembre. Mientras que otras como Polonia la celebran el 7 de enero hasta el 2100 cuando el calendario por su propia evolución la traslade al ocho de enero.