Una de las primeras referencias a la energía electrostática, son los griegos antiguos, ya que el filósofo Tales de Mileto identificó comportamientos con respecto a la ficción de las telas, que tiene como consecuencia la atracción de objetos por medio de este fenómeno.
Durante el siglo XVII se hicieron los primeros análisis entre la relación de electricidad y magnetismo, esto se realizó con el objetivo de que las brújulas magnéticas tuvieran una mayor precisión, tras esto Niccolo Cabeo analizó los estudios de físico británico William Gilbert, concluyendo que existían las fuerzas de atracción y repulsión.
Posteriormente, en el año de 1733 el físico y químico francés Francois de Cisternay, fue responsable de plantear la existencia de las cargas positiva y negativas. Después en 1785 Charles Coulomb, planteó la atracción y repulsión, creando la Ley de Coulomb y complementando el Teorema de Gauss, por lo que en conjunto se definieron todos los fenómenos electrostáticos.
En el mundo moderno la electrostática se utiliza para diseñar dispositivos electrónicos, que sean resistentes a las cargas eléctricas, como chips de computadora y circuitos integrados.
También es fundamental en la industria médica, donde se utiliza para controlar la electricidad y evitar que se produzcan incendios, así como para generar componentes eléctricos para la estimulación muscular y la electrocirugía.
Teniendo en cuenta la importancia que tiene este fenómeno en el mundo moderno cada nueve de enero se conmemora el Día Mundial de la Electricidad Estática.
