Por: Citlali Rosas Jiménez
Protección del pasado a través del trabajo de salvamento arqueológico
El patrimonio cultural arqueológico se encuentra constantemente conviviendo con los contextos de desarrollo urbano moderno debido a la expansión de infraestructuras y obras sobre áreas de sitios arqueológicos.
Lo anterior ha generado una intervención profesional especializada en materia de arqueología mediante el trabajo denominado salvamento arqueológico.
El salvamento arqueológico, es el proceso de investigación arqueológica llevado a cabo previamente en espacios en los cuales se proyectan programas constructivos o se establecen proyectos de infraestructura en zonas en las que se han identificado áreas de monumentos arqueológicos.
Asimismo se ejecuta en áreas colindantes a monumentos arqueológicos o donde se presume su existencia de acuerdo a registros previos de cualquier tipo que indiquen un radio con este tipo de vestigios históricos.
Este trabajo es de suma importancia para preservar los vestigios arqueológicos prehispánicos, e incluso coloniales, pues se establecen lineamientos de cuidado que mantengan la integridad de los bienes a través de la protección y salvaguarda. Ya que de otro modo podrían quedar irreversiblemente dañados, alterados, como perdidos por las obras a realizar.
Sin embargo, la intervención, no solo implica el rescatar los objetos o la arquitectura sino que también permite entender y comprender dichos vestigios dentro de un contexto de conocimiento sobre el asentamiento cultural prehispánico del que forman parten. Lo que permite informarnos de las formas de vida de las culturas del pasado.
En México, el salvamento arqueológico ha cobrado relevancia desde la década de los 40´s debido al auge de la urbanización y la construcción de grandes proyectos gubernamentales de infraestructura, como carreteras, edificios, presas, complejos industriales, etcétera. Lo que dio paso también a su ejecución dentro de proyectos de obras particulares, ya sea de grande, mediana o pequeña escala.
Con la finalidad de homogeneizar la protección de los vestigios arqueológicos prehispánicos no solo de trazos públicos sino también de espacios particulares.
El proceso de salvamento comienza, generalmente, con estudios de recorrido de superficie (geofísicos) para identificar las áreas de mayor interés en campo. Una vez identificado el potencial arqueológico en comparativa con los registros técnicos y académicos de los espacios en que se señala evidencia arqueológica.
Así, se da paso a la excavación arqueológica considerando los registros técnicos arqueológicos del área, las inspecciones físicas y el plan de obra. Además de los estados del lugar, tanto arqueológicos como actuales.
Un trabajo profesional que debe elaborarse metódicamente y con una propuesta de investigación del sitio arqueológico que permita una mejor cobertura en su protección.
De tal forma que permita obtener la información necesaria de los monumentos arqueológicos, protegerlos y conservarlos; como indicar lineamientos particulares en la ejecución de la obra para que ésta no afecte al patrimonio arqueológico identificado.
En muchos casos, el tiempo y los recursos asignados a las excavaciones de salvamento son limitados, lo que hace que la labor de conservación sea aún más difícil, a pesar de que los arqueólogos pertenezcan propiamente a la Institución Federal, INAH. Y a pesar de que los Terceros Promoventes de las obras, hayan cumplido con las solicitudes y trámites gubernamentales, en el bien de los casos.
Recordemos que, dentro del marco de ley mexicana, existe una Ley especial en materia de patrimonio cultural arqueológico, en donde se establecen normativas claras para la protección del patrimonio cultural, de tal forma que, los salvamentos arqueológicos se encuentran regulados y establecidos tanto para el gobierno como para la sociedad en general.
De tal forma que, también es importante ver, que el trabajo de los arqueólogos en México no es solo una labor científica reducida a una decisión de un sector en éste caso académico, es decir que inicie unicamente con el reporte y solicitud de ellos, sino que también su intervención laboral se desprende de una participación colectiva en busca de un desarrollo urbano que busca ir de la mano con la protección del patrimonio al iniciar ante el INAH las solicitudes de salvamento arqueológico.
El rescate de los vestigios del pasado permite que las generaciones presentes y futuras puedan comprender la magnitud de las culturas que habitaron este territorio. De este modo, el salvamento arqueológico no solo tiene un valor académico, sino también social y cultural, pues garantiza que las generaciones futuras accedan a una comprensión más profunda y completa de su historia.