Cada 20 de enero, el municipio de Tepeyanco se viste de fiesta para honrar a su santo patrono, San Sebastián Mártir, con una de las tradiciones más representativas de la región: el Día de las Cazuelas. Esta festividad, que fusiona la devoción religiosa con las costumbres populares, es una muestra viva de la identidad y la cultura del sur del estado.
El evento comienza con el estallido de los cohetes y la música de banda, lo que marca el inicio de un recorrido colorido y alegre. Los vecinos, en su mayoría portando cazuelas de barro llenas de deliciosos platillos preparados en casa, se agrupan para iniciar el desfile que los lleva hasta la casa del mayordomo, el encargado de organizar la festividad. A lo largo del trayecto, las cazuelas, chiquigüites y canastos, decorados con elementos tradicionales, son el centro de atención y el símbolo de una fiesta que celebra la unión comunitaria.
La festividad se lleva a cabo gracias a una organización denominada mayordomía, un grupo de tres mayordomos que se encargan de coordinar la celebración. Este año, la mayordomía fue presidida por los habitantes del Centro de Tepeyanco, quienes asumieron la responsabilidad de organizar el evento. Cada mayordomo representa una de las tres áreas del municipio: el cerro del norte, el cerro del sur y el Centro, lo que garantiza que la tradición se mantenga viva en todas las localidades de la demarcación.
La fiesta comienza desde temprano con una solemne procesión encabezada por la imagen de San Sebastián Mártir, en la que los fieles siguen la figura religiosa mientras rezan y agradecen por los favores recibidos. Tras la procesión, se celebra una misa eucarística, en la que las familias de Tepeyanco agradecen al santo por su protección y bendiciones durante el año.
El Día de las Cazuelas es una manifestación cultural que refuerza los lazos de la comunidad y da identidad a Tepeyanco, un pueblo donde la tradición, la fe y la gastronomía se entrelazan para crear una fiesta única, llena de color, sabor y emoción. Cada año, esta celebración sigue siendo una de las más esperadas por los habitantes de la región, quienes se enorgullecen de preservar su legado y de compartirlo con los visitantes que se acercan a vivir la experiencia.
Este evento, que tiene sus raíces en la devoción religiosa, también es un homenaje a las costumbres gastronómicas y artesanales que caracterizan a Tepeyanco, consolidándose como un día de encuentro y unión para todos.

