Por: Ariel Texis Muñoz
LA ARQUEOLOGÍA DE XOCHITÉCATL
Este sitio arqueológico se ubica en la parte sur del Estado de Tlaxcala, sobre una elevación geográfica denominada Bloque Xochitécatl‑Nativitas‑Nopalucan, al centro del valle de Tlaxcala‑Puebla. Al este se puede observar el volcán Matlalcueyetl, ahora conocido como parque nacional La Malinche; mientras que al oeste se puede apreciar la Sierra Nevada, donde se alzan los imponentes volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl. Como referencia moderna, el emplazamiento se sitúa entre las comunidades de San Miguel del Milagro, al este; San José Atoyatenco, al oeste; y San Miguel Xochitecatitla, al sur.
El nombre de este sitio es de origen nahua y se puede traducir como “Lugar de las Flores” o “Lugar del Linaje de las Flores”, lo que nos da una primera pista sobre la importancia que la naturaleza y la fertilidad tenían para sus antiguos habitantes. Xochitécatl se destaca, además, por ser uno de los asentamientos más antiguos del valle de Tlaxcala‑Puebla. Sus monumentales construcciones y los objetos hallados en el lugar revelan una rica historia que se remonta al periodo Formativo de Mesoamérica (800 a.C. al 100 d.C.).
Los trabajos arqueológicos en el siglo XX comenzaron en la década de los 40’s, cuando el arqueólogo español Pedro Armillas visitó el sitio en 1946. Posteriormente, en los años 70, la Fundación Alemana para la Investigación Científica, a través del arqueólogo alemán Bodo Spranz, realizó reconocimientos de superficie y primeras excavaciones que permitieron establecer una cronología preliminar y valorar la extensión del asentamiento. Estas investigaciones iniciales, complementadas por el registro del arqueólogo mexicano Ángel García Cook, sentaron las bases para comprender la evolución y el valor cultural de Xochitécatl.
Contexto geográfico y ambiental
La ubicación de Xochitécatl es estratégica y privilegiada desde el punto de vista paisajístico. Erigido sobre una elevación que domina el valle, el sitio ofrece vistas panorámicas de algunos de los volcanes más emblemáticos de la región. Al este, el imponente volcán La Malinche se convierte en un recordatorio de la fuerza de la naturaleza, mientras que al oeste la presencia de Popocatépetl e Iztaccíhuatl no solo enmarca el horizonte, sino que también ha marcado episodios históricos en la dinámica ambiental y cultural de la zona. La cercanía a dos importantes corrientes de agua, el río Atoyac y el Zahuapan, ha favorecido desde tiempos prehispánicos el desarrollo agrícola.
Cronología y evolución del asentamiento
Los vestigios arquitectónicos y los hallazgos materiales permiten situar los orígenes de Xochitécatl en el Preclásico Medio, periodo en el que se estableció uno de los primeros núcleos de población en la región. Durante esta etapa, se erigieron los primeros templos y estructuras ceremoniales, las cuales, a lo largo de los siglos, fueron ampliadas y modificadas. El sitio continuó siendo habitado y ritualizado hasta bien entrado el periodo epiclásico, cuando nuevas ofrendas y elementos iconográficos se incorporaron a la tradición del culto a la fertilidad y a la naturaleza. La interrupción de la ocupación, atribuida en parte a eventos volcánicos –como la erupción del Popocatépetl– no ha impedido que Xochitécatl conserve su relevancia histórica, ya que sus monumentos siguen siendo testimonio de un extenso legado cultural que abarca más de nueve siglos de ocupación.
Investigaciones arqueológicas y metodologías
El abordaje arqueológico de Xochitécatl ha transitado por varias fases. Los primeros registros escritos sobre la región se remontan al cronista novohispano Muñoz Camargo en el siglo XVI, pero las investigaciones arqueológicas sistemáticas comenzaron en el siglo XX. Tras las primeras visitas y estudios de superficie realizados en los años 40 y 70, en 1992 se inició un megaproyecto liderado por la Dra. Mari Carmen Serra Puche, y el Mtro. Jesús Lazcano Arce que permitió conocer en mayor detalle la dinámica cultural del sitio y su relación con el entorno.
Uno de los hallazgos más significativos fue la identificación de una ofrenda asociada a la “pirámide circular”, junto con el descubrimiento de la escalinata original del monumento. En esta intervención se recuperaron elementos que, en un principio, sugerían una vocación exclusivamente femenina del sitio –en contraste con el de Cacaxtla, considerado más masculino–, pero estudios posteriores han revelado que la sociedad de Xochitécatl presentaba un equilibrio de roles, evidenciado por la presencia de figurillas masculinas y otros elementos rituales. Estos descubrimientos han enriquecido la interpretación del asentamiento, aportando nuevas claves sobre la institucionalidad y la posible existencia de linajes sacerdotales o de élite que regulaban el culto a la fertilidad.
Nuevos hallazgos y esfuerzos de conservación
En los últimos años, las labores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) han permitido descubrir nuevas piezas y elementos arquitectónicos en Xochitécatl. Entre estos se destaca la recuperación de la escalinata original de la pirámide circular y la identificación de una ofrenda compuesta por figurillas masculinas y otros objetos rituales. Estas piezas, que datan principalmente del periodo epiclásico, aportan evidencia de una sociedad con una organización compleja y posiblemente de carácter paritario, en la que tanto las imágenes femeninas como masculinas desempeñaban roles simbólicos fundamentales.
Además, se han implementado micro excavaciones y análisis de materiales que permitirán determinar con mayor precisión la función de las vasijas y otros artefactos asociados a los rituales. Estos trabajos no solo contribuyen a enriquecer el conocimiento sobre la evolución del asentamiento, sino que también son clave para la puesta en valor y la preservación del patrimonio cultural. La construcción del Museo de Sitio de Xochitécatl, en curso en el marco de los proyectos del INAH y la Secretaría de Cultura, busca integrar estos hallazgos en una propuesta museográfica que permita al público general acercarse de manera interactiva y didáctica a la historia de este emblemático lugar.
Conclusiones
El estudio de Xochitécatl constituye una ventana privilegiada para comprender la evolución de las sociedades prehispánicas en el valle de Tlaxcala‑Puebla. A través de las múltiples intervenciones arqueológicas –que van desde las primeras visitas de Pedro Armillas hasta los recientes descubrimientos coordinados por el INAH– se ha logrado reconstruir un relato histórico que abarca más de nueve siglos de ocupación, marcado por la fusión de tradiciones culturales, la adaptación al entorno natural y el desarrollo de complejos rituales en torno al culto a la fertilidad y la naturaleza.
La riqueza arquitectónica y simbólica del sitio, sumada a la continua labor de investigación y conservación, resalta la importancia de Xochitécatl no solo como uno de los asentamientos más antiguos de la región, sino también como un legado que invita a repensar la compleja interacción entre los humanos y su entorno en la antigua Mesoamérica. En este sentido, la puesta en valor de este patrimonio mediante nuevos proyectos museográficos y educativos se presenta como una tarea esencial para mantener vivo el legado histórico de las culturas prehispánicas en México.
Con cada excavación y cada nuevo hallazgo se reafirman las contribuciones de Xochitécatl al conocimiento de la historia regional y se fortalecen los lazos entre la comunidad académica y la sociedad en general, promoviendo un acercamiento respetuoso y enriquecedor a las raíces de nuestra identidad cultural.