Raíces y Relatos: Ariel Texis Muñoz

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Cacaxtla, sus murales y el aniversario de su descubrimiento

Este año se ha anunciado la celebración del aniversario número 50 del descubrimiento de los murales policromos de la Zona Arqueológica de Cacaxtla. Retomando un poco la historia, y de acuerdo con la tradición popular, dichos murales fueron descubiertos en noviembre de 1975 por los pobladores de San Miguel del Milagro, quienes reportaron tan sorprendente hallazgo primero a las autoridades eclesiásticas de la comunidad, y después al Instituto Nacional de Antropología e Historia.

De lo anterior, recapitulemos que, Cacaxtla se encuentra al sur del estado de Tlaxcala, y actualmente forma parte de la Zona Arqueológica de Xochitécatl-Cacaxtla. Ambos sitios se encuentran en las elevaciones conocidas como Bloque Xochitécatl-Nativitas-Nopalucan, al sur del valle de Tlaxcala. Esta ubicación es estratégica para el control de recursos como tierras fértiles y fuentes de agua, así como una vista privilegiada que permite observar la mayor parte del valle Tlaxcala-Puebla.

Cacaxtla cuenta con una ocupación del periodo Epiclásico mesoamericano, ubicado entre los años 600 a 900 d.C.; un periodo de constantes e intensos cambios culturales, así como de conflicto entre los centros regionales más importantes de Mesoamérica, como lo son Tajín, y Xochicalco. Cacaxtla se desarrolla después de la caída del Estado Teotihuacano, y es posible que el surgimiento de este asentamiento haya sido resultado de la falta de poder y control en la región, y quienes construyeron este importante sitio, seguramente tenían como objetivo controlar el valle de Puebla -Tlaxcala junto con sus recursos. De acuerdo con el arqueólogo Wigberto Jiménez Moreno, Cacaxtla pudo haber sido un asentamiento de un grupo cultural denominado Olmeca-Xicalanca, mencionado anteriormente por Fray Toribio de Benavente, mejor conocido como Motolinía, y por el historiador Diego Muñoz Camargo.  Para Jiménez Moreno, este grupo podría tratarse de alguna mezcla de grupos Popolocas, Mixtecos y Nahuas. Sin embargo, hasta el día de hoy, la atribución a los Olmecas-Xicalancas de la construcción del sitio y de sus murales sigue siendo un debate en la comunidad académica de la arqueología mesoamericana.

El hallazgo que dio a conocer a Cacaxtla a nivel mundial fue el descubrimiento de los fragmentos conocidos como el caballero águila y el caballero jaguar. Dichos murales son piezas excepcionales de arte, que demuestran la alta destreza de los artistas, quienes lograron plasmar imágenes cargadas de simbolismo, pues ambos murales integran fechas y nombres jeroglíficos, que, junto al resto de las imágenes, muy posiblemente son mensajes políticos y religiosos propios de la época. Estos mismos murales también muestran la integración de estilos foráneos al centro de México, pues la manera en la que los artistas representaron al cuerpo humano, así como a algunas deidades, hacen referencia a un estilo propio del área maya; sugiriendo el contacto e intercambio artístico y simbólico entre ambas regiones.

Entre los murales más reconocidos se encuentra el templo de Venus, representando figuras de posibles sacerdotes con atributos que hacen referencia al planeta Venus. El mural del templo rojo, dominado por dicho color, representa a un individuo al que se ha interpretado como comerciante, llevando consigo distintos y diversos bienes para su posible intercambio, al cual algunos académicos relacionan con deidades del área maya (Dios L). Este mural también cuenta con un paisaje que presenta una milpa, en la cual las mazorcas son representadas con rostros humanos, posiblemente haciendo referencia al mito de origen mesoamericano, donde los humanos provienen del maíz. El personaje central de este mural también ha sido identificado con el nombre calendárico de “cuatro perro”, quien podría tratarse de algún gobernante de Cacaxtla.

Retomando a los murales descubiertos en 1975, las interpretaciones recientes señalan que ambos personajes se tratan de señores que sostuvieron el poder en Cacaxtla, los cuales cumplían distintos roles. El caballero jaguar, podría ser interpretado como el sacerdote Tlachíach tizacozque, mientras que el caballero águila podría interpretarse como el sacerdote Aquíach amapane. Estas dos figuras formaban parte del sistema de gobierno de Cholula en el periodo Posclásico, donde el Aquíach se le relaciona con el agua, mientras que al Tlachíach se le vincula a lo terrestre. Este sistema dual de gobierno puede ser representado por dichos murales, siendo un antecedente de este sistema de gobernanza en la región del valle de Tlaxcala-Puebla.

Para investigadores como María Teresa Uriarte, ambos murales reflejan la cosmovisión mesoamericana, narrando el recorrido del sol por la bóveda celestre y el inframundo, donde ambos personajes son representaciones de los gemelos de la epopeya maya, llamados Hunapú (podría tratarse del caballero águila y del sol) y Xbalanqué (podría tratarse del caballero jaguar, sol nocturno). Ambos personajes, podrían ser la representación del poder dinástico de Cacaxtla, y de igual manera, representan la relación no solo iconográfica, sino también ideológica y religiosa entre el área Maya y el Centro de México.

Sin duda alguna, Cacaxtla representa una obra sin igual que simboliza la integración ideológica existente en Mesoamérica, es decir, no se trataba de áreas y regiones aisladas una de otra, sino de una región cultural que integraba aspectos artísticos, ideológicos y de entendimiento del universo, conformando la llamada cosmovisión mesoamericana.

Cacaxtla debe de ser celebrado este año con mucho orgullo por todos los tlaxcaltecas, mexicanos y a quienes les apasiona el estudio y entendimiento de las culturas mesoamericanas.

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