Camadas santaneras recorrieron las calles de Chiautempan para despedir el carnaval antes del inicio de la Cuaresma.
Entre el sonido de los tambores, el estruendo de los cohetes y el ir y venir de los pasos firmes sobre el asfalto, este martes de carnaval las calles de Santa Ana Chiautempan se convirtieron en un gran escenario al aire libre. Desde temprana hora, el municipio se llenó de color, ritmo y tradición, pues cuadrillas y camadas de diferentes comunidades se apropiaron del espacio público para compartir con propios y visitantes el orgullo de sus danzas y vestuarios.
Por momentos, las calles parecían ríos de colores en movimiento. Los penachos de plumas multicolores, las máscaras de madera y los elaborados trajes bordados destellaban bajo el sol, mientras los danzantes alzaban los pies al ritmo de la música, acompañados por las bandas que con trompetas y tambores imprimían energía a cada giro y zapateado.
Santa Ana Chiautempan no fue la excepción en esta jornada festiva, y con varias camadas recorriendo sus principales calles, el municipio se sumó a la fiesta que, año con año, preserva una de las tradiciones más arraigadas de Tlaxcala. Desde el centro hasta sus barrios, las comparsas dejaron huella en cada callejón, donde los vecinos salían a observar, aplaudir y, en muchos casos, a unirse al baile improvisado.
La celebración de este martes tiene un significado especial, pues representa el cierre de los días de fiesta y algarabía antes de la llegada de la Cuaresma. Y es que, según la tradición católica, mañana es Miércoles de Ceniza, un día marcado por el inicio de un periodo de reflexión, recogimiento y preparación espiritual rumbo a la Semana Santa. El carnaval, con toda su irreverencia y exceso, se convierte entonces en el último respiro de libertad antes de los días de ayuno y penitencia.
Así, entre risas, música y el inconfundible sonido de las pisadas sincronizadas, las calles de Chiautempan vivieron un martes de carnaval donde la tradición, la danza y el color se hicieron presentes una vez más, recordando que Tlaxcala es cuna de cultura viva y orgullosa de sus raíces.
Camada Huitzilli
