Tlaxcala tiembla con la fuerza feminista: voces, consignas y resistencia en las calles

Con dos puntos de salida, uno desde el asta bandera de La Virgen y otro junto a Plaza Vértice, partieron cientos de mujeres, entre ellas niñas, adultas y mayores de edad, así como personas con discapacidad. Todas avanzaban con consignas, pancartas, flores, gritos, llantos y hasta mascotas, exigiendo justicia, libertad y visibilizando la lucha feminista en el marco del Día Internacional de la Mujer.

A unos minutos de comenzar la marcha, el sonido grave del caracol y el humo de copal marcaron el inicio. Se ofreció el ritual a los cuatro rumbos, en pedimento a la fuerza femenina. El viento esparcía la fragancia del copal, mientras las primeras voces se alzaban:

“Alerta que camina la lucha feminista, y tiemblen y tiemblen los machistas, que América Latina será toda feminista.”

Desde la Plaza Vértice, el contingente tomó la calle Alonso Escalona, dobló por Lira y Ortega y continuó su camino hacia el Congreso del Estado. Ahí, la exigencia de justicia retumbó con más fuerza. Algunas mujeres, con pañuelos verdes y morados alzados, gritaban con rabia y esperanza. Entre ellas, abuelitas tomadas de la mano de sus nietas, madres abrazando a sus hijas, mujeres en sillas de ruedas que, con la mirada firme, seguían el paso al ritmo de la marea violeta.

“Vivas se las llevaron, vivas las queremos.”

El otro contingente bajó por la calle Independencia desde la Virgen hasta llegar a la Plaza de la Constitución. En el trayecto, museos y negocios solidarios ofrecieron agua a las manifestantes. Se habilitaron Puntos Violeta, espacios seguros donde voluntarias atendían a quienes necesitaran un respiro o acompañamiento.

Las calles vibraban con los cánticos. Desde balcones y banquetas, algunas personas observaban en silencio, otras aplaudían en señal de apoyo. Personal de la Comisión Estatal de Derechos Humanos acompañaban el recorrido, atentos a cualquier incidente, resguardando tanto a las marchantes como a quienes transitaban por el centro histórico.

“Somos malas, podemos ser peores.”

Al llegar a las Escalinatas de los Héroes, la energía no disminuyó. La multitud tomó un respiro, algunas se abrazaban, otras levantaban sus carteles más alto. Finalmente, el Zócalo las recibió. La explanada, ahora teñida de morado y verde, se convirtió en un espacio de memoria y resistencia. Frente a la multitud, las voces se alzaron una vez más, exigiendo justicia, dignidad y libertad.

“El que no brinque es macho.”

El eco de la lucha quedó en las calles, en cada paso dado, en cada consigna coreada, en cada lágrima derramada. Tlaxcala fue testigo, una vez más, de la fuerza de quienes no se rinden.

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