Con 25 años, José Manuel creció con el Skate y lo tomó como un estilo de vida que le permitió crecer y sentirse parte de una comunidad 

El Skateboarding es y ha sido un deporte que se ha visto rodeado de complejos y prejuicios erróneos, mismos que la sociedad ha adoptado para reflejar su rechazo hacia está disciplina, sin embargo, para José Manuel Hernández Suárez, mejor conocido como «Manolo» el Skate ha sido un punto de inflexión y de crecimiento personal y profesional.

Su primer acercamiento con este deporte se produjo a sus siete años de edad, a través de su primo Luis quien lo llevó a patinar y a la apertura del Skatepark Cualtikate en la comunidad de Apizaquito, en Apizaco, aunque, fue hasta sus catorce años, que, Manolo en compañía de su amigo Josué, descubrió de lleno el mundo de este deporte.

«Al inicio no fue fácil, ya que en mi familia pensaba que este deporte era para vagos o para gente que tenía adicciones». 

A pesar de las trabas y el rechazo que su familia le marcaba, el gusto de su hermano por la patineta le representó a Manolo la aprobación para que puedise adentrarse por completo al Skate y tras ahorrar el dinero que recibía los domingos, logró comprarse su primera patineta, que en ese entonces tuvo un costó de 400 pesos.

A partir de ese momento, Manolo comenzaría a percibir el Skateboarding como un estilo de vida y un refugio ante todas las dificultades que lo rodeaban y tras meses de práctica y años de trabajo, su pasión y amor por patinar lo llevaron a conocer la Riviera Maya y los demás estados de la república, a su vez que pudo representar a Tlaxcala en la justa deportiva de los Nacionales Conade que se disputaron en Morelos.

«El Skate ha sido parte de mí, se volvió mi estilo de vida, me hace sentir que soy parte de una comunidad, el hecho de subirme a una patineta, avanzar, realizar un truco y de sentir el aire, me hace sentir que he alcanzado un éxito propio». 

Con ello, expresó que desde la perspectiva social se tiene una percepción errónea del patinaje, ya que al ser un deporte de calle, quienes lo practican se enfrenta a desafíos como las adiciones, el alcohol y el descontrol, sin embargo, Manolo siempre se mantuvo enfocado y a través del Skate logró encontrar su esencia y disfrutar de lo que realmente le gusta.

Con ello, invitó a todas y todos a disfrutar de este deporte, por lo que precisó que a través del Skate se pueden abrir muchas puertas y es sinónimo de oportunidad para encontrarse como persona y definir lo que realmente eres.

«La patineta me ayudó a encontrarme a mí, sentía que algo me faltaba y aunque tengo más responsabilidades, el Skate es parte de mí, es un estilo de vida que disfruto y lo práctico con amor. Trato de apoyar a las personas que puedo, porque el Manolo de quince años que patinaba no tuvo ese apoyo, por eso ayudo a la gente, me reflejo en ellos y los incentivo a que sigan y continúen con lo que les gusta». 

 

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