Por: El psicólogo Carlos

Vivimos en la época del trending topic de la autoexploración y el autocuidado, donde parece que si no vas a terapia a sanar aquello que te limita o te hiere, o ya de a perdis tienes una cuenta de instagram dedicada al “amor propio” algo anda mal contigo, antes de que pienses en ello, vamo a calmarno, te sorprenderá saber que no, no todo el mundo necesita terapia (y tal vez la comunidad psicológica me caiga encima por esto), y antes de que muchos se indignen, permítanme explicarme en las siguientes líneas por qué.

Nos han enseñado a lo largo del tiempo que tenemos que alejarnos lo más rápido posible de aquellas situaciones que nos generan incomodidad, molestia o dolor, incluso las hemos aprendido a etiquetar como negativas o tóxicas (otra palabra que anda de moda), lo cual ha traído consigo una sensibilización al malestar, es decir, que cada vez toleramos menos el estar presentes ante estímulos que nos provoquen incomodidad, y a manera de spoiler: la las situaciones que nos harán sentirnos molestos, son parte de la vida, en sí el problema no es esto sino, los intentos que nosotros realizamos para salir de ahí (por más raro que suene).

Justo eso pasa cuando algunas personas buscan terapia para problemas que en realidad son parte normal de la vida, estar triste después de una ruptura, sentir nervios antes de una entrevista o frustrarse cuando las cosas no salen bien no son “desórdenes mentales”, son experiencias humanas, y aunque la terapia puede ayudar en muchos casos, no es la única vía ni la única opción válida para afrontar dificultades (a veces solo hay que gestionarlas de forma diferente)

Si nos ponemos a analizar detenidamente la sociedad en la que vivimos actualmente, nos podremos dar cuenta que nuestro día a día está plagado de malas noticias, amenazas de guerra, intercambio de aranceles, inseguridad, fluctuaciones económicas, inestabilidad laboral, jornadas extenuantes, falta de servicios de salud (dignos), hiperestimulación por parte de las redes sociales, calentamiento global, unos políticos que cada día son más descarados a la hora de robar, digo, de hacer su trabajo y por si fuera poco, un séquito de seguidores radicalizados que defienden a su partido preferido, todo esto, contribuye a que los índices de problemas psicológicos no solo se mantenga, sino que en muchas ocasiones aumenten, y aquí es donde viene lo bueno, porque aunque la sintomatología sea psicológica, las causas son estructurales, es decir, si eso que nos aqueja no estuviera presente, sería menos probable la prevalencia de dichos problemas psicológicos.

Sumado a todo lo anterior, aparece la figura del psicólogo en redes sociales asumiendo una postura de “Gurú de vida” en el cual nos llenamos la boca de orgullo diciéndote cómo “debemos” vivir (como si nuestra vida fuera perfecta), qué cosas son saludables y cuáles no, cuáles son las green y las red flags de todo, se pone una especial atención en patologizar y etiquetar todo lo que nos sucede, que si love bombing, orbiting, ghosting o bien que todos son psicópatas, narcisistas o hasta neuro divergentes, o diciéndote que todos tenemos heridas por sanar o traumas generacionales que debemos cortar para así no transmitirlos a nuestros sucesores, porque así nos será más sencillo ofrecerte la tan anhelada “cura”, cuando lo que terminamos haciendo es formar parte de las estrategias fallidas que perpetúan el problema, pero todo esto será… para otra columna.

La psicoterapia es una herramienta útil, únicamente si hay algo que trabajar, y esto está más relacionado a las cosas que estamos haciendo o dejando de hacer de acuerdo a cómo nos sentimos, no es un accesorio de moda ni una actividad de ocio la cual puedas únicamente presumir en tus redes utilizando un hashtag, si no tienes dificultades que realmente afecten tu vida, no necesitas terapia, de la misma forma en que no necesitas andar a 100 km por hora en una vialidad urbana.

A veces, la gente corre a terapia porque la vida no es como un comercial de agua embotellada: no todo es calma, sonrisas y amaneceres perfectos en la playa (que esas ideas también nos lo han metido con calzador), la vida incluye tráfico, gente que mastica con la boca abierta y días donde todo parece salir mal, y eso no significa que tengas un trastorno; significa que eres humano.

Si cada inconveniente se diagnostica como un trauma y cada frustración como un problema profundo del “inconsciente”, terminamos patologizando la experiencia de estar vivos, y aunque no podemos negar que hay problemas que realmente requieren atención profesional, el sentirnos perdidos de vez en cuando no es lo mismo que necesitar ayuda terapéutica (y menos para toda la vida)

Otra razón por la que la gente corre a terapia sin necesitarla es porque nos hemos vuelto bastante malos para hablar con otros, antes la gente tenía amigos con los que podía desahogarse sin pagar una hora de consulta, hoy, tenemos miedo de ser una “carga emocional” o bien corremos de quien a nuestro criterio lo es para nosotros, así que nos guardamos todo… hasta que explotamos y terminamos buscando un terapeuta porque no sabemos cómo gestionar algo que antes se resolvía con una charla y un café (porque sí, la conexión social ayuda mucho más de lo que te imaginas)

Esto no significa que la terapia no sea útil, lo es, y mucho, solo asegúrate de buscar terapeutas que trabajen con modelos basados en evidencia científica, eso igual ayuda a minimizar el riesgo de sufrir tu propio proceso de mejora, y aún con todo esto, no se puede reemplazar el apoyo social, la reflexión personal y la capacidad de tolerar cierto nivel de incomodidad, si la única razón por la que buscas terapia es porque no tienes con quién hablar, tal vez lo que necesitas no es un terapeuta, sino un amigo (o varios).

La psicoterapia es una excelente herramienta, pero no es un servicio esencial para todo ser humano por defecto, esto sin contar que es muy complicado encontrar buenos terapeutas, y si los encuentras, la mayoría trabajan desde sectores privados lo cual hace que el servicio eleve su costo y no todo el mundo se puede permitir solventar ese servicio, si la necesitas, úsala sin dudarlo, pero si solo estás pasando por dificultades normales, intenta primero resolverlas con las herramientas que la vida ya te ha dado, no todo es trauma, no todo es herida, y no todo requiere una intervención psicológica.

Aunque recuerda… puedo estar equivocado.

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