El cielo es testigo de los cambios de estación, pero también un reflejo de las condiciones medioambientales del estado
El cielo tlaxcalteca ha ofrecido una serie de postales inusuales en los últimos días. Desde el pasado fin de semana, diversos habitantes del estado han reportado que el Sol se ha mostrado más rojizo de lo habitual, un fenómeno que se intensificó durante la tarde del martes 15 de abril. Aunque podría parecer un evento astronómico extraordinario, la causa principal de este cambio en el tono del astro rey está relacionada con la situación ambiental que enfrenta actualmente la entidad.
De acuerdo con autoridades locales, el martes se registraron varios incendios forestales en distintos puntos del estado. Uno de ellos, de mayor intensidad, permanece activo y aún no ha podido ser controlado en su totalidad. La cantidad de humo y partículas en suspensión generadas por estos siniestros han modificado la composición del aire, lo que provoca que los rayos solares se filtren de manera distinta y den al Sol una apariencia rojiza o anaranjada.
Este efecto se explica por un fenómeno físico conocido como dispersión de Rayleigh, que se intensifica cuando hay presencia de humo, ceniza o polvo en la atmósfera. Las partículas suspendidas dispersan más eficientemente las longitudes de onda cortas (como el azul), permiten que los tonos rojizos predominen en el cielo.
Apenas dos días antes, el domingo 13 de abril, Tlaxcala también fue testigo de otro fenómeno natural notable: la aparición de la Luna Rosa, la primera luna llena de la primavera. Aunque su nombre sugiere un cambio de color, este no es perceptible a simple vista. El término proviene de las antiguas tribus nativas de América del Norte, quienes asociaban esta luna con el florecimiento del phlox silvestre, una planta de tonos rosados.
Desde el ámbito científico, la Luna Rosa es simplemente una luna llena que ocurre tras el equinoccio de primavera y que, en ocasiones, puede coincidir con condiciones atmosféricas particulares que sí alteran levemente su tono, como las que actualmente se viven en la región por los incendios activos.
Ambos fenómenos han llamado la atención de la población tlaxcalteca por su belleza visual y por generar una atmósfera poco común en el cielo. No obstante, en el caso del color rojizo del Sol, las autoridades exhortan a la población a mantenerse informada sobre la calidad del aire y a evitar actividades al aire libre prolongadas en zonas cercanas a los incendios, debido al riesgo que representa la inhalación de humo y partículas contaminantes.
El cielo es testigo de los cambios de estación, pero también un reflejo de las condiciones medioambientales del estado. Cuidar los bosques y prevenir incendios forestales no solo protege la biodiversidad de Tlaxcala, sino también el aire que todos respiran.