Y es que en Tlaxcala, el arte no se contempla a la distancia: se vive, se gestiona y se pone en acción.


En Tlaxcala, donde las tradiciones dialogan con la innovación, las artes escénicas han encontrado terreno fértil para florecer con fuerza propia. Entre teatros comunitarios, grupos independientes y espacios institucionales como el Centro de las Artes de Tlaxcala, emerge un fenómeno que no solo se limita al escenario, sino que articula gestión, formación y transformación social.

Una de las protagonistas de este movimiento es Laura Yvonee Méndez Hernández, joven originaria de Texmolac, Xaloztoc, quien a sus 24 años ha sabido combinar con solvencia su formación en Gestión y Desarrollo Empresarial con su pasión por el teatro. Egresada de la Universidad Virtual de Guanajuato, Laura es cofundadora de Resilientes Teatro, compañía infantil y juvenil nacida en 2022 bajo la tutela de la directora Ana Laura Lima y su compañera Iris Rojas, hoy grupo representativo del Centro de las Artes.

En Resilientes Teatro, Laura no solo actúa. Su papel tras bambalinas ha sido igual de esencial: gestora, estratega de marketing, productora y difusora. Su visión de integrar la gestión profesional al arte se cristalizó con su proyecto de titulación, “Gestión estratégica de rediseño de marketing para incrementar audiencia en el Centro de las Artes Tlaxcala”, realizado en colaboración con la oficina de Coordinación del Centro, liderada por Marco Venchierutti. Los resultados no tardaron en reflejarse: un aumento de público, mayor matrícula estudiantil y una presencia más sólida en redes sociales.

Uno de los hitos de esta sinergia fue la obra Luneta, de la dramaturga Lucila Castillo, dirigida por Ana Laura Lima. Con una propuesta sensible que explora la adopción, el afecto y la protección de las infancias, Luneta reunió en escena a 15 intérpretes, desde niños de 4 años hasta jóvenes adultos. Laura, además de actriz, fungió como asistente de dirección y principal promotora de la puesta, llevándola más allá del Centro, con la firme intención de presentarla en espacios públicos y educativos de todo el estado.

Su convicción es clara: llevar teatro con causa a quienes más lo necesitan. Porque en un contexto donde las infancias se ven vulneradas por realidades como la violencia, la pobreza o las adicciones, el arte puede ser un refugio, un espejo y una posibilidad de transformación. Laura Yvonee representa, en este sentido, una nueva generación de creadoras escénicas que entienden que el teatro no solo se hace en escena, también se construye en comunidad.

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