El tres de mayo como encuentro de creencias
Dentro del calendario eclesiástico, existe la celebración de la Santa Cruz como parte de las festividades religiosas del día 03 de mayo.
En este acto se conmemora el hallazgo de la cruz por parte de los fieles, y que atemporalmente, ubica el tiempo ordinario que se genera posterior al período de Semana santa en el año litúrgico de la fe cristiana.
Como con el resto de los eventos litúrgicos, esta celebración fue enseñada a nuestros predecesores durante la época de evangelización por parte de los españoles.
Considerándose además un hecho significativo pues correspondía al símbolo de fe de la creencia cristiana que se compartía.
En ese sentido, y analizando las formas prematuras de comunicación entre los españoles y los pueblos mesoamericanos, fue una forma en que los primeros transmitieron sus mensajes de enseñanza cristiana que ocasionó en los segundos un aprendizaje y comunicación visual para su integración a la nueva fe.
Esta cruceta, curiosamente no era ajena a los grupos prehispánicos mesoamericanos, sin embargo, existía un entendimiento de esta desde otra perspectiva.
Ya que, en la manera de entender y apreciar al mundo, la forma de cruz correspondía a la representación del axis mundi, es decir, el punto en que se entrecruzan los cuatros rumbos del universo y en el que se unen además sus tres niveles.
Una proyección que permitía figurar la distribución de los seres y las cosas en el universo. Que en la actualidad aún es posible de identificar por su subsistencia de creencia.
Debido a que, si bien la cruz se trató de una representación de la nueva fe, los pueblos mesoamericanos en la adopción de una forma ya familiar, la resignificó a partir de su cosmovisión.
Otorgando apreciaciones nuevas con las que complemento a las ideas existentes, pero no apuestas a sus formas de creer. Por lo que además de la representación cristiana con el valor de la fe cristiana, también se le atenuó el valor de los mitos y creencias prehispánicos en la forma que está organizado el universo.
Así puede mencionarse, que esta complementación de ideas no solo se refleja en la carga simbólica de la forma, sino además se observa en el emplazamiento de las temporalidades de sucesos significativos de religiosidad cristiana y la religiosidad de los pueblos originarios.
Ya que, de acuerdo con el calendario religioso mesoamericano, este se rige fundamentalmente en el período cíclico de la naturaleza de tal forma que existen períodos, sucesos, hechos y divinidades que se rigen de acuerdo con los diferentes momentos que ocurren en este tiempo cíclico. Un ciclo ritual que se basa fundamentalmente en el ciclo agrícola.
Así tenemos, un suceso representativo en este período de cambios estacionales con el cierre y el inicio de otro dentro este ciclo ritual agrícola, tratándose del inicio de la época de lluvias a finales del mes de abril e inicios del mes de mayo, dejando atrás el período de secas.
Ah esto se asocia precisamente las prácticas culturales de actividad ritual de la petición de lluvias, respecto a su presencia, permanencia y abundancia en las próximas semanas para el sembradío de las semillas que fueron bendecidas hace un poco mas de un mes.
De tal forma que se propicia una serie de ceremonias con altares en las próximas semanas al trasladar y depositar ofrendas a los cerros, cuevas y a los ojos de agua en diversas localidades del país, en el que se incluye la presentación de cruces.
Éstas últimas como parte de la integración y complemento de creencias, al emplazarse el tiempo litúrgico con el tiempo ritual-agrícola local. Además de lo que la forma representa en sí, en ambos casos. Aunado a esto, diversas comunidades les agregan el color azul en alusión al color fluido vital que surge de las moradas de los mantenimientos, es decir, el agua que emana de la tierra.
Mencionado lo anterior, la celebración de la Santa Cruz no solo evoca un evento cristiano aprendido y practicado desde la evangelización, sino que además representa una complementación de la religiosidad occidental y la local, en la expresión de las formas de ver y entender al mundo como parte de un símbolo de orden del universo que se encuentra asociado además a los ciclos rituales-agrícolas, que va más allá de una sola divinidad o de un solo enfoque de creencia.
Por: Citlali Rosas Jiménez