Especialistas de la Universidad Autónoma de Guadalajara recomiendan mantener una alimentación saludable y hábitos normales posterior al periodo vacacional
Las vacaciones se caracterizan por romper la rutina, disfrutar del descanso y hacer conexión con la familia y los seres queridos y es común experimentar cambios en el cuerpo, por consumir alimentos que normalmente no se consumen que fueron altos en grasas, sal y azúcares.
Lo anterior lleva a una sensación probable de inflamación estomacal, retención de líquidos o episodios de estreñimiento, situaciones normales de acuerdo a la edad y los alimentos consumidos durante el pasado periodo vacacional.
Pero eso no significa que se perdió el avance o esfuerzo, pues estos cambios pueden llegar a ser pasajeros siempre y cuando se retomen los buenos hábitos alimenticios y de ejercicio.
Tener conductas compensatorias como omitir tiempos de comida, restringir grupos de alimentos, realizar entrenamientos de larga duración o autoindicarse un plan estricto de alimentación es completamente innecesario. Lo que tu cuerpo requiere es regresar a lo que venías haciendo antes de las vacaciones sin extremos ni culpas.
Es importante que ahora te enfoques en retomar tus horarios, respetes tus tiempos de comida y comiences a incluir verduras y frutas en tus platillos todos los días de la semana, pues es muy común que las personas suelan comer menos frutas y verduras durante los periodos vacacionales. Tal vez durante la semana de descanso consumiste bebidas azucaradas o con alcohol, por lo que es buen momento de comenzar a hidratarte con agua natural. Incluso puedes llevar contigo un bote con agua durante tus actividades diarias, esto puede ser el comienzo para retomar tu consumo habitual y mantenerte hidratado durante el día.
Muchas personas se sienten cansadas física y emocionalmente después de las vacaciones, al grado sienten que requieren “vacaciones de las vacaciones”. Si te sientes así, es importante aprovechar para reordenar tus horarios, hacer una rutina antes de dormir, disminuir el uso de pantallas ya sea de computadora, TV, tablet o celular durante la noche y procurar irte a dormir más temprano. Tienes que saber que el descanso adecuado va a impactar en las decisiones alimentarias y en tu nivel de energía al siguiente día.
Come sin culpas y recupera tus buenos hábitos poquito a poquito, recuerda que tu cuerpo también disfrutó mucho las vacaciones: caminó más, se movió, probó sabores nuevos y diferentes, convivió y descansó, así que sé amable con el. Recuerda que esas comidas que disfrutaste tanto en las vacaciones en compañía de tu familia y amigos, además de romper la rutina también es parte de vivir una vida saludable.
No es momento de compensar, sino que es buen momento para retomar toda la rutina que te hace bien, porque tu cuerpo no necesita una disculpa, requiere que lo escuches y lo cuides.
Si sientes que se te dificulta reincorporar hábitos de vida saludables, siempre puedes buscar orientación de un profesional de la nutrición, así obtendrás estrategias diseñadas para tu estilo y ritmo de vida, que puedan ayudarte a mejorar tu salud.
Recuerda que la salud no significa perfección, sino que es un camino de subidas y bajadas, pero lo más importante es mantener la constancia, conocer qué te funciona y cómo puedes ser más saludable para tener una mejor calidad de vida en tu futuro.


























