En América Latina se reconoce al territorio mexicano por la calidad de su doblaje a tal punto que actores en este rubro durante la década de los 90 continúan siendo figuras icónicas en la actualidad.
Desde su “época de oro” la industria ha evolucionado sobre todo en las formas de grabar, por tanto, los cuidados y requerimientos que deben tener estos profesionales son distintos; el ejemplo más claro es que cuando las grabaciones se realizaban en cintas de 16 mm, se buscaba evitar errores mediante la memorización y ensayo del guion. Mientras que en esta “era digital” se busca tener una cabina estéril, es decir, evitar cualquier sonido que no guarde relación con la escena.
Los puristas de los contenidos multimedia sostienen que un contenido en idioma original siempre es superior al doblaje, pero México es la clara excepción a está regla, sobre todo en “joyas” de los 90, piezas del doblaje que sobreviven hasta hoy son un ejemplo de ello, personajes como James de Pokémon, el burro de Sherk y diálogos que se encuentran en caricaturas como Bob Esponja, Hora de Aventura y otros materiales sobre todo a la hora de demostrar humor son un claro ejemplo de porque el doblaje es necesario, al ser una parte vital, que aporta un contexto acorde a la región donde el material es visto evitando la perdida del mensaje que se busca transmitir.
La importancia de esta profesión se ve respaldada dentro de las cifras del Consejo Mexicano de la Industria de Doblaje, que señalan que México controla el 60 por ciento del mercado del doblaje en español a nivel mundial.
Se estima que, en la última década se han doblado 30 mil piezas audiovisuales en la Ciudad de México, lo cual representa un aumento del 73 por ciento en la preferencia por este trabajo por parte de la población a nivel nacional, por encima de las versiones originales.
Para rendir un homenaje a estos artistas de la voz cada 12 de junio se conmemora el Día Mundial del Doblaje.