Contiene nicotina, glicerina y saborizantes que, al calentarse liberan diversas toxinas.
Los vapeadores se presentan como cigarrillo electrónicos, conocidos también como e-cigars o e-cigs, los cuales son dispositivos para fumar con cartuchos llenos de líquido que pueden contener nicotina, saborizantes y sustancias químicas, pero su uso conlleva a una serie de riesgos para la salud, tanto a corto como a largo plazo, informó el coordinador de Vigilancia Epidemiológica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Tlaxcala, Edgar Lezama Jiménez.
Detalló que erróneamente suelen ser promovidos como menos perjudiciales para la salud, además de la falsa creencia de que los vapeadores reducen el consumo del tabaco o generan menos daño a los pulmones, sin embargo, se ha demostrado que son altamente tóxicos y causan adicción.
“La nicotina es la sustancia que ocasiona los efectos físicos y psicológicos del tabaco y es muy adictiva, sumado a que también contienen glicerina y saborizantes que al calentarse liberan diversas toxinas que pueden generar severas intoxicaciones, palpitaciones, opresión en el pecho, problemas respiratorios, lesión pulmonar aguda y daños permanentes en el organismo”, puntualizó Lezama Jiménez.
Además es preocupante que las personas jóvenes sean los principales usuarios o consumidores de estos aditamentos, ya que la rápida absorción de nicotina y los químicos en los líquidos saborizados aumentan el riesgo de intoxicación, pero si le sumamos el excesivo consumo de nicotina líquida altamente concentrada, que no está regulada, podemos afirmar que los vapeadores pueden generar daños mayores y más graves que el consumo de un solo cigarro.
“Haciendo una comparación, el tabaco se consume fumado, masticado o aspirado por la nariz, sin embargo, el de los vapeadores se aspira en aerosol y al estar diseñados en diferentes tamaños, colores y sabores, se vuelve más atractivos para los adolescentes, los cuales buscan experimentar y la mayoría de las ocasiones los padres de familia no lo saben, debido a que el olor del vapor tiende a ser menos persistente y se impregna menos en la ropa a diferencia del humo del tabaco”, subrayó el especialista.
La popularidad de los vapeadores entre las y los jóvenes está relacionada con el sentido de pertenencia a un grupo o la aceptación social, su amplia gama de sabores atrae a personas que buscan experiencias sensoriales diferentes a las del tabaco tradicional, también pueden vapear por influencia social, presión o imitación de amigos y familiares, su uso con y sin nicotina puede generar una percepción de relajación y es adictiva.
Aunque los mayoría de los jóvenes no identifica que los artefactos contienen sustancias altamente tóxicas, que han sido detectadas en laboratorio, como linalol (insecticida), dimetil éter (combustible), eugenol (producto de limpieza) y mentol (aditivo), que dañan irreversiblemente al organismo.
Los principales efectos del consumo y uso de vapeadores pueden ser físicos como: aumento de la frecuencia cardiaca y de la presión arterial, falta de aliento, mareo, dolor de pecho; psicológicos como: sensación de alivio temporal de tensiones, falsa percepción de concentración, percepción de reducir la fatiga.
“Entonces podemos resumir que el uso de vapeadores y el consumo de tabaco en adolescentes esta altamente relacionado con una mayor probabilidad de consumo de alcohol, que puede provocar graves enfermedades físicas como la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), neumonías, enfermedades del corazón, cáncer de pulmón y boca; psicológicas como los episodios de ansiedad, síntomas depresivos, disminución de la motivación, alteración del aprendizaje y deseo impulsivo por el consumo”, comentó el coordinador.
Invitó a las personas que deseen suspender el consumo de tabaco y vapeadores a acercarse sin miedo ni estigma a las Unidades de Medicina Familiar (UMF) que le corresponde, para recibir orientación y apoyo hacia una vida libre de consumo, también exhortó a los familiares a ser parte de esta ayuda y apoyar de manera efectiva a través de la información, evitar la sobreprotección o la confrontación, cuidar de la salud mental y fomentar una comunicación abierta y sin juicios a sus hijos.