En plena temporada vacacional, aumentan contagios en cursos de verano; advierten falta de atención institucional

 

Durante este verano, en diversos municipios de Tlaxcala, se ha detectado un notable aumento de casos de pediculosis, es decir, infestación por piojos, principalmente entre niñas, niños y adolescentes que asisten a cursos vacacionales, actividades recreativas o permanecen en espacios con alta convivencia infantil.

Juan Ocomatl Velázquez, estilista especializado y formulador de productos orgánicos para el cuidado capilar, advierte que el problema llega a niveles epidémicos. “Desde hace diez años desarrollo productos orgánicos para el cuero cabelludo, y este verano las ventas del champú antipiojos se triplicaron respecto al año pasado. La mayoría de mis clientes son madres y padres de niñas y niños de entre 6 y 18 años”, explicó.

Según su testimonio, niñas y adolescentes son quienes más presentan infestaciones, por factores como el uso compartido de cepillos, diademas, selfies grupales y contacto directo durante el juego. Juan señala que en sus diagnósticos capilares ha identificado casos extremos: “me han contado de niñas que llevan uno o incluso tres años con piojos sin haber recibido tratamiento efectivo”.

El también ingeniero químico y ambiental detalla que su champú contiene miel, romero, espinocilla, germen de trigo y colágeno, con un aditivo natural que elimina a los parásitos sin dañar el cuero cabelludo. “Muchos productos comerciales son demasiado agresivos. Yo quise crear una opción efectiva pero orgánica, que sea tanto preventiva como correctiva”, enfatiza.

La situación, advierte, se agrava en zonas vulnerables donde por motivos económicos, culturales o sociales, no se prioriza la higiene capilar o se normaliza el problema. “He intentado acercarme a autoridades estatales y municipales con propuestas para implementar campañas preventivas en escuelas, pero el tema aún no se asume con la seriedad necesaria”.

Su propuesta contempla distribuir el champú en escuelas como parte del listado de insumos escolares, o bien lanzar una campaña estatal que fomente la detección, prevención y tratamiento oportuno. “Mi sueño sería lograr que Tlaxcala tenga cero contagios. Este tema se habla con vergüenza, pero no debería: es un problema de salud pública”, recalca.

Durante esta temporada, municipios como Tlaxcala capital, Apizaco y Huamantla han reportado casos recurrentes. Según la experiencia de Juan, el contagio se da por contacto cabeza a cabeza, y no está ligado exclusivamente a la limpieza: “Los piojos se alimentan de sangre, no de suciedad. Por eso pueden vivir en cabezas limpias o no tan limpias”, concluye.

Ante la falta de atención institucional y el estigma que aún rodea al tema, el especialista insiste en que hablar de piojos no debe generar incomodidad, sino conciencia. “Es momento de romper el tabú, atender el problema desde la raíz y proteger a nuestras infancias”.

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