La mayoría de los historiadores apuntan a que un 3 de septiembre de 1821, o fechas cercanas, el estado de Chiapas se declaró independiente de España, enfrentándose a la encrucijada de pertenecer a Guatemala, México o el imperio Español.
A finales de la época colonial, el estado de Chiapas enfrentó una crisis económica y política, ya que su sistema de alcaldías mayores fue sustituido por intendencias, lo que generó conflictos entre los “niveles de gobierno” existentes en ese periodo.
El sistema colonial implantado hacía que Chiapas sufriera de un doble aislamiento, ya que debido a múltiples cuestiones era ignorado tanto por Nueva España como por Guatemala. Para ambos, Chiapas no resultaba un punto a reconocer pues no aportaba de forma significativa a la economía de la época.
Debido a esta aparente “invisibilidad” los frailes Ignacio Barnoya y Matías de Cordova impulsaron el “Plan de Chiapas Libre”, con el cual se buscaba ratificar la libertad e independencia de esta región para tomar desiciones según le conviniera.
Fue a raíz de la caída del Imperio de Agustin de Iturbide que se volvieron a plantear las opciones sobre su futuro; incorporarse a Guatemala o México. Los abusos y abandono seguían formando parte de su realidad.
La elección radicaba en que se les presentara la oportunidad de mejorar su calidad de vida, el 23 de agosto de 1824, el ayuntamiento de Ciudad Real ejerció su solicitud para unirse a México, le siguió Comitán y Tuxtla expresó su decisión de unirse a Guatemala.
Es a causa de estas decisiones opuestas que en el acta constitutiva del 31 de agosto de 1824, no se menciona a Chiapas como parte de la nación. La solución fue pacífica, pues el 12 de septiembre de ese año se realizaron unas elecciones donde los Chiapanecos expresaron su deseo de pertenecer a México. La incorporación fue aceptada por la federación el 2 de octubre de 1824.




























