La nueva pensión para mujeres de 60 a 64 años
Durante su visita a Tlaxcala como parte de su gira para rendir su Primer Informe, la presidenta Claudia Sheinbaum destacó la puesta en marcha de la pensión para mujeres de 60 a 64 años, un programa que busca reconocer el trabajo de cuidados no remunerado que históricamente han realizado las mujeres en México. Este apoyo forma parte de la estrategia Mujeres Bienestar y se entrega de manera bimestral con un monto de tres mil pesos.
El objetivo principal es brindar un ingreso que otorgue mayor autonomía y seguridad económica a mujeres que, al llegar a esta etapa de la vida, en muchos casos no cuentan con empleo formal ni pensión. Además, al cumplir los 65 años, las beneficiarias serán incorporadas de manera automática al programa de Pensión del Bienestar para Personas Adultas Mayores, garantizando la continuidad del apoyo.
Para acceder al beneficio es necesario tener entre 60 y 64 años, ser mexicana, residir en el país y no recibir otra pensión federal en ese rango de edad. Los requisitos incluyen identificación oficial, acta de nacimiento, CURP, comprobante de domicilio reciente y un número telefónico de contacto. El registro comenzó en agosto de este año y contempla tanto módulos en las principales ciudades como visitas domiciliarias en comunidades rurales y marginadas, con la finalidad de que nadie quede fuera.
El anuncio de la mandataria subraya la relevancia de reconocer el trabajo doméstico y de cuidados, que por décadas ha sido invisible y recae principalmente en las mujeres. Con esta política se busca disminuir la desigualdad de género y brindar un respaldo a quienes han dedicado gran parte de su vida al cuidado de hijos, nietos, personas mayores o familiares con discapacidad, sin recibir un salario por ello.
La Pensión Mujeres Bienestar representa un paso significativo en la construcción de un sistema nacional de cuidados que ponga en el centro a quienes sostienen la vida diaria de millones de familias mexicanas. Ahora, el reto será garantizar una cobertura amplia, la suficiencia presupuestal y la continuidad del programa para que este reconocimiento se convierta en un derecho sólido y duradero para las mujeres de México.