Opciones para aprovechar el potencial de esta flor
Con la conclusión de las festividades de Día de Muertos, miles de flores de cempasúchil suelen terminar en la basura. Sin embargo, especialistas y ambientalistas coinciden en que esta planta, símbolo de la tradición mexicana, puede aprovecharse de distintas maneras, desde el hogar hasta la agricultura, evitando el desperdicio y fomentando prácticas sostenibles.
El cempasúchil, cuyo nombre proviene del náhuatl cempohualxōchitl, que significa “veinte flores” o “flor de muchos pétalos”, no solo forma parte esencial de los altares y ofrendas, sino que posee propiedades medicinales, cosméticas y ecológicas que pueden seguir aportando beneficios una vez que ha cumplido su función ornamental.
De acuerdo con información de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la flor tiene compuestos con efectos antiinflamatorios, antioxidantes y antibacterianos. Por ello, sus pétalos pueden aprovecharse en infusiones para aliviar molestias digestivas o cólicos, y también en tratamientos tópicos, como baños relajantes o mascarillas naturales para la piel. En el ámbito del cuidado personal, algunos productores de cosmética orgánica utilizan sus extractos para el fortalecimiento del cuero cabelludo o la hidratación capilar.
En la gastronomía, la flor de cempasúchil es comestible y cada vez más utilizada en platillos mexicanos contemporáneos. Sus pétalos pueden emplearse en sopas, atoles, infusiones y postres, aportando color y un ligero sabor amargo característico. En algunos estados del país, chefs y cocineras tradicionales la usan para teñir de forma natural alimentos y bebidas.
Además, la flor tiene un valor ecológico importante. En jardinería y agricultura, se utiliza como repelente natural contra plagas, gracias a su aroma y a los compuestos que libera en el suelo, lo que beneficia los cultivos cercanos. También puede convertirse en abono orgánico al descomponerse, contribuyendo a la fertilidad del terreno y al aprovechamiento de residuos naturales.
Expertos recomiendan no desechar las flores una vez concluido el Día de Muertos, sino separarlas y darles un uso posterior. Los pétalos limpios pueden secarse al sol para preparar infusiones o tintes, mientras que los tallos y hojas marchitas pueden incorporarse a composta o huertos caseros. Con ello, se reduce la cantidad de desechos orgánicos y se impulsa una economía circular basada en el respeto a la naturaleza.
Reutilizar el cempasúchil no solo ayuda al medio ambiente, también honra su significado espiritual: el de guiar y acompañar, incluso después de su brillo inicial. Así, la flor de los muertos puede seguir dando vida mucho tiempo después de las ofrendas.




























