A nivel estatal, Tlaxcala cuenta con múltiples regulaciones individuales y federales, así como la operación de diversos organismos gubernamentales encargados de asegurar la implementación de diferentes normas internacionales en las empresas.
Por un lado, se encuentra la Comisión para la Protección contra Riesgos Sanitarios de Tlaxcala, esencial para garantizarla inocuidad de la calidad de productos alimenticios y establecimientos relacionados con la salud pública, o la Procuraduría de Protección al Ambiente, que se enfocan normas para promover una industria limpia que cuide los recursos naturales, por mencionar algunos.
Mientras que, de manera individual, cada empresa cuenta con sus propias pruebas internas para analizar su control de calidad y realizar inspecciones de su materia prima o los procesos dentro de sus productos.
La mayoría de estos procesos van encaminados a cumplir con la ISO 9001, una norma internacional para sistemas de gestión de calidad, cuyos principios base son el enfoque en el cliente, el liderazgo y la mejora continua, lo cual hace aplicable en prácticamente cualquier industria.
Al hablar consumidor, el contar con productos de calidad siempre será un factor determinante para sus niveles de satisfacción, confianza y fidelidad.
Para muchos, la calidad tiene un precio inicial más alto, sin embargo, a largo plazo, este tipo de compras resultan beneficiosas, pues a futuro suelen tener una mayor durabilidad y rendimiento, lo cual puede evitar gastos de reparación.
Esto, con el correr del tiempo, también beneficiará la empresa pues un buen producto siempre traerá consigo una recomendación influyendo directamente en la percepción de la sociedad respecto a la empresa que lo fabrica.
Teniendo en cuenta la importancia que juega la calidad dentro del consumo social y los impactos que puede tener en el medio ambiente y el entorno, cada 13 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la Calidad con el objetivo de que se recuerde su importancia.




























