Dentro del territorio nacional un hito, para la abolición de la esclavitud fue cuando en 1829 el entonces presidente Vicente Guerrero expidió un decreto por el cual se declaró abolida la esclavitud.

Los cálculos existentes aseguran que entre los siglos XVI y finales del siglo XIX, alrededor de 12.5 millones de africanos fueron sacados a la fuerza de su lugar de origen y llevados a América para ser vendidos para realizar tareas forzadas de diversa naturaleza.

A pesar de que el momento mencionado con antelación fue el que sentó las bases para que la esclavitud desapareciera de forma definitiva, no fue el primer intento de hacer que esta práctica desapareciera, ya que la esclavitud fue abolida en distintas fechas y circunstancias, una de ellas el 6 de diciembre de 1810, cuando se publicó el decreto de abolición de la esclavitud emitido por Miguel Hidalgo y Costilla en la plaza de Guadalajara en plena guerra de independencia.

De forma posterior, el 14 de septiembre de 1813, tuvo lugar la declaración de principios que se conoce como Sentimientos de la Nación donde José María Morelos, con el apoyo de Andrés Quintana Roo dentro de su artículo número 15, menciona que “la esclavitud se prescriba para siempre, lo mismo que las castas».

De tal manera que hoy permanece con un carácter indeleble dentro de la Constitución de 1917, que continúa vigente, y que en su primer artículo relativo a las garantías individuales prohíbe la esclavitud en México. Quien llegue a pisar el territorio nacional bajo la condición de esclavo, por el simple hecho de estar en esta tierra, recupera su libertad, derecho que les es garantizado por el Estado.

No obstante, pese a que la esclavitud ya no existe en la forma original que presentaba en sus inicios, ha evolucionado en conjunto con el nombre y ahora se encuentra bajo el título de los delitos de trata de personas, entre los que se incluye el trabajo forzoso, los matrimonios forzados y el trabajo infantil

Los delincuentes que forman estas redes de esclavitud moderna aprovechan las necesidades económicas de las personas para hacerles firmar un “contrato” del cual nunca podrán liberarse, debido a que las condiciones los obligan en teoría “legalmente”, a seguir con una “actividad laboral” privados de su libertad. Las víctimas carecen de las herramientas para entender y combatir este tipo de contratos que no son para nada legales, porque no se encuentran redactados bajo los estándares comerciales de un país, violan los derechos humanos que están encima de cualquier forma contractual, pero al no saber esto, las personas aceptan los convenios y terminan atrapadas en situaciones de esclavitud que parecen no tener fin.

En búsqueda de acabar con este tipo de prácticas, cada 2 de diciembre se conmemora el Día Internacional de la Abolición de la Esclavitud

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