De triunfos y fracasos
Jair Torreblanca Patiño
Estamos a unos días de que el 2020 concluya. Sin duda, será recordado porque la llegada de la pandemia por Covid-19, cambió de manera drástica la normalidad que hasta el mes de abril tuvimos. De pronto todo se paralizó y los espacios deportivos poco a poco fueron cerrados.
La vida diaria se trastocó al grado de mantener una cuarentena que se extendió ya por nueve meses y dónde la forma de hacer y ver el deporte fue modificada; quién lo diría, la necesidad de involucrarse en su práctica, ahora ya es una obligación para forjar vidas saludables ante el gran número de personas con obesidad y sobrepeso, así como el incremento en ciudadanos con enfermedades degenerativas.
Hoy los costos por está epidemia, han sido altos, no solo en la economía, en la vida social y las pérdidas humanas que ha dejado, sino en las secuelas que durante estos meses se han acumulado, como el incremento al sedentarismo por mantener varias horas en casa sentados frente a un televisor, una PC, tableta o celular debido a las clases virtuales.
Qué decir de los problemas psicológicos que las familias ya tienen, como estrés, alto grado irritabilidad y fristación, así como miedos que ha dejado toda la formación que ha girado en torno a la propagación de la enfermedad viral por todo territorio mundial y nacional y que fuera de la perdida de vidas humanas, dejara grandes secuelas que tardarán en sanar.
Lo deportistas han vivido en carne viva estás viscisitudes, al detener de tajo el camino ya trazado en participaciones nacionales que tenían, al recordar que en este año se tendría la primera edición de los Juegos Nacionales Conade, que basado en la competencia original abrió la posiblidad para que los deportes nacionales también tuvieran participación.
Al final la competición, se trataba de un refresh de lo que fue durante 24 años Olimpiada Nacional. La esperanza de tener participación hizo que los atletas mantuvieran un entrenamiento pasivo durante abril y mayo, pero la esperanza de diluyó en el mes de septiembre cuando las condiciones importantes no permitieron que el plan b y c, no entrarán en acción.
Basado en este panorama se modificó la forma de trabajo, al priorizar los entrenamientos en casa, basados en programas modificados para mantener la forma deportiva y posteriormente al saberse que las competencias de cancelaron, solo la forma física. Esta actividad la resintieron más quienes desarrollaban sus entrenamientos en pistas, canchas o en carretera por no tener estos inmuebles disponibles para las prácticas.
Los diferentes torneos dejaron de hacerse y una mayor comunidad se puso en inactividad, motivo que hizo que los diferentes entes, pusieran a elaborar contenidos para ejercitar desde casa a los pobladores y asi contribuir con un granito de arena para mover a los infantes, jóvenes y adultos. Clases fitness, cursos deportivos a distancia, así como la elaboración de tutoriales, fue la constante en redes sociales.
Hoy el cambio de semáforos motivó va qué varios centros de entrenamiento abrieran sus puertas haces meses, la mayoría por la necesidad de generar recursos y así tener alguna entrada económica, para solventar un cierre de tres meses que ahogo a muchos entrenadores e instructores, debido a que está es la única forma de generar recursos. Basado en esta justificación de ser generadores de salud basado en el deporte, ligas abrieron sus puertas, pese al riesgo que esto representó, porque si bien es cierto llevaron acabo los protocolos sanitarios, lo hicieron sin saber si alguno de sus participantes era asintomático.
Esto lo menciono porque el caso del deporte profesional, volvió a la actividad, costeando pruebas PCR con el fin de garantizar partidos libres de contagio y arrojó colo resultado cientos de jugadores con Covid-19, lo que hace pensar que en los campos y canchas, también han estado expuestos a contagios sin saberlo.
Hoy la llegada de la vacuna abre una esperanza de que esta situación cambiará, no en corto tiempo, porque la distribución tardará año y medio, para tener el 100% de población inmune, lo que hará pensar que el 2021 vendrá con retos de ver a competencias como los Juegos Olímpicos realizarse basado en protocolos estrictos y al estilo americano, con una burbuja sanitaria donde los asistentes estén disponibles a pruebas constantes para evitar algún brote en este sector.
El tema de eventos nacionales, será interesante ver cuáles serán los mecanismos que se utilicen para reactivarlos y llevarlos a cabo. Por el panorama no será extraño que algunos se den hasta el segundo semestre del próximo año. Es cierto todo dependerá del avance que se tenga con la distribución de las dosis a la población.
Antes de despedir este texto, no quisiera cerrarlo sin desearle que pase la celebración del Nuevo Año de forma responsable y con la esperanza de que será mejor para ver una mayor cantidad de competencias realizarse y esto contribuya a generar confianza a quienes día a día se preparan para defender los colores de una entidad, un país con garbo y profesionalismo… Que el 2021 sea mejor o no?
Comentarios para esta columna que espera un 2021 con mucha esperanza al correo: detriunfosyfracasos@hotmail.com