El mundo está cambiando y la sociedad debe transformarse para adecuarse a las necesidades del mundo actual. La educación que se plantea en materia de cultura necesaria debe consistir en la adquisición de competencias sobre una base de respeto hacia la dignidad de las personas. Por tanto, debe contribuir de manera sólida a cimentar las dimensiones políticas, económicas, sociales y culturales de la sociedad, proyectando un rescate de la historia, costumbres y tradiciones como parte de una identidad histórica y cultural.
Una de las definiciones de cultura se refiere a ésta como todo complejo en el que se agrupan el conocimiento, la historia, las creencias, las artes, las costumbres, las tradiciones y cualesquiera otras manifestaciones que se distinguen de una diversidad cultural que se ha configurado a través de la sucesión de grupos humanos que aportan diferentes testimonios que serán estudiados desde las distintas áreas del conocimiento.
Para hablar de la cultura se manifiesta necesario conocer y comprender las aportaciones del hombre para la conformación de una cultura universal, nacional y local, considerando la particularidad de las circunstancias de la sociedad en que vive. Tan es así, que en el mundo actual se experimentan una serie de transformaciones que exigen nuevas formas de educación que fomenten las creación y fortalecimiento de una identidad histórica y cultural que se desarrolla mediante el reconocimiento de los valores de las sociedades que les han precedido.
La escuela debe llevar a cabo una labor titánica de rescate de las tradiciones culturales, valorar la identidad cultural de los estudiantes y las aportaciones de la lengua, ya que en la actualidad; el desinterés de los jóvenes frente a los temas de cultura ha llegado al extremo, que es necesario fomentar el sentido de pertenencia para la adquisición y desarrollo de una identidad.
Para consolidar el conocimiento de la historia, es necesario resignificar el pasado con miras a exaltar la importancia del legado cultural en el presente. Qué es lo que se necesita valorar hoy, aquello que se reconoce como las aportaciones que han tenido por diferentes pueblos y personajes que contribuyen en la conformación de una cultura propia. Conociendo el presente es como se valora el pasado.
En el artículo 2 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos se establece el carácter pluricultural de la nación que se sustenta en los pueblos indígenas como descendientes de los pueblos que se conformaron tras la colonización y que conservan sus instituciones políticas, económicas, sociales y culturales. Se establece que estos pueblos deben conservar su identidad como parte fundamental de su ser, elegir procedimientos y prácticas tradicionales, así mismo, ser los defensores de su lengua y su cultura.
En este sentido, México es un país con una diversidad cultural que ha permitido la creación de un marco jurídico que garantice la preservación de las distintas manifestaciones culturales. Es importante resaltar que todos y cada uno de los elementos que coexisten en la sociedad actual son herederos de las culturas del México antiguo, con una historia tan antigua como la de las grandes civilizaciones de Occidente.
Es prueba fehaciente de una tradición milenaria cuyo legado se vive a partir de diferentes manifestaciones en la que cada una de ellas refleja el valor de su gente. La postura de la educación actual implica resignificar la cultura en las aulas; sin importar el nivel, se debe asegurar el derecho a la identidad propia, el respeto a cada uno como es, con sus características biológicas, sociales, culturales y de personalidad, que le permitan ser un agente de cambio en la sociedad.
El tema de la cultura debe estar presente en cualquier situación de enseñanza-aprendizaje, sin importar la asignatura que imparta. Dada la movilidad de la sociedad actual, es común encontrar aulas pluriculturales donde el tema de la cultura de procedencia debe ser el punto partida. Esto qué implica. Implica conocer las características del lugar de procedencia de los alumnos, así como la condición social, de género y otras situaciones personales.
Para atender esta situación se requiere de una educación de calidad que respete plenamente la identidad cultural de sus estudiantes, requiere contemplar e incorporar al proceso educativo la lengua, la cultura, además de los métodos de enseñanza adecuados para la comunicación de las tradiciones y la construcción del saber. Un saber fundamentado en el conocimiento del legado de las culturas que han conformado y le dan identidad a la sociedad de hoy. Es fundamental quitar estigmas que no hacen más que demeritar la importancia de las acciones de los antepasados.
Tlaxcala es un estado rico en historia, costumbres y tradiciones que evocan un pasado en cada una de las actividades que se niegan a morir y que se siguen practicando en las comunidades. Es necesaria la suma de voluntades para hacer un rescate de la cultura en sus voces y sus colores, en sus tonos y sus plumajes que se mueven al vaivén de las tonadas de la música del carnaval, mismo que se prueba en los sabores del mole y se degusta con un jarro de pulque.
Al resignificar el pasado de Tlaxcala desde el salón de clases se pretende, que los estudiantes valoren desde el presente las aportaciones de las culturas mesoamericana y europea, que le dieron identidad a la sociedad de hoy y que sirven de referencia a todo aquel que visita Tlaxcala y queda maravillado por su mosaico cultural.