Caritina Juárez Hernández, artesana alfarera de una las comunidades más reconocidas de Tlaxcala por la producción y venta de artefactos elaborados por barro, ha dedicado toda su vida a la fabricación de casuelas crudas, es decir un recipiente de la cocina tradicional creado a base de tepalcate que no pasa por cocimiento en horno de leña, ni por esmalte, diseño y grieta.

Para doña Caritina y su hija Yanet la elaboración de cazuelas con tepalcate es un oficio que definieron como bonito, socorrido, cultural y hereditario, pues fue gracias a los aprendizajes heredados por sus abuelos que hoy una parte de la población de la Trinidad Tenexyecac continúa avivorando las tradiciones y la identidad de la elaboración de artefactos hechos a base de barro, además de representar una oportunidad para generar ingresos económicos.

Compartieron que el trabajo de la alfarería es celoso pues se tiene que dar seguimiento desde que inicia hasta que termina, ante un descanso o pausa los factores de la naturaleza como el calor y el aire pueden provocar que el barro ya moldeado se quiebre y eso evita pérdida de mercancía y producto.

Proceso de la cazuela cruda

A sus 57 años de edad, Caritina recordó que el proceso para crear una buena cazuela de barro es ir a buscar la materia prima en los cerros cercanos o suelos de cosecha, aunque en la Trinidad Tenexyecac comunidad de donde es originaria ya no se localiza el barro, los proveedores que comercializan la tierra la extraen de los pueblos vecinos donde aún se encuentra.

Después de recabar barro, este se separa de la tierra común, después pasa por un proceso de trituración para tener un polvo estrictamente sin granos, para eso los alfareros de Tenexyecac se apoyan de una sernidora cuya finalidad es filtrar barro puro, finalmente se agrega agua al polvo hasta crear una masa homogénea.

Posteriormente, al tener un masa dura y fría de barro se pasa a moldear la cazuela, para ello se expone a la luz del sol para lograr un secado, la duración expuesta al sol en piezas chicas es de uno a dos días, mientras que en las grandes de ocho a 15 días.

Uno de los últimos pasos, es el cocimiento de la cazuela de tepalcate en el horno de leña, a eso se le conoce como quemar el barro, en términos técnicos aproximadamente son cuatro horas a mil 100 grados, aquí Yanet abundó que por lo general se cuecen dos veces, es decir, que la cazuela entra una primera vez para que tome fuerza y resistencia, además de ponerle grieta o esmalte, y en una segunda para hacer que los materiales utilizados en el recipiente queden finalmente impregnados y listos para ser vendidos en casi 45 pesos.

 

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