Por: Abril Gómez / Alexis Palafox
En el corazón de Tlaxcala, el mercado se transforma en un vibrante escenario donde los aromas, los colores y las texturas evocan la llegada del Día de Muertos. Con cada paso, las calles y los pasillos revelan la esencia de esta festividad, cada rincón preparado para ofrecer a los visitantes todo lo necesario para armar sus ofrendas en honor a quienes ya no están.
Por otro lado, Año con año para las festividades de Día de Muertos, el municipio de Apizaco viste con los comerciantes que se dedican a la venta de la Flor de Cempasúchil; y es que entré a la calle Emilio Carranza y la Avenida Cuauhtémoc se pueden apreciar los característicos puestos de Flor de Cempasúchil, mismos que se establecen durante los días 27, 28, 29, 30 y 31 de octubre así como el primero y 2 de noviembre para comercializar esta flor.
De esta forma a través de distintos tonos y colores se pueden encontrar presentaciones en macetas, ramos y manojos, los cuales van desde los 30 hasta los 120 pesos; de esta forma, los compradores se dan cita en el llamado «Tianguis de la Flor» para buscar la mejor calidad y precio a fin de llevar flores al panteón o para decorar la ofrenda.
En la capital tlaxcaltecas se destacan las calaveritas de azúcar y chocolate, con nombres escritos en sus frentes, listas para ser colocadas en las ofrendas. También hay copal, que se percibe en el ambiente y recuerda la importancia de los rituales ancestrales. Panaderos locales han llenado el mercado con el tradicional pan de muerto, decorado con azúcar blanca y figuras que simbolizan los huesos, que emanan un aroma dulce y hogareño.
Las artesanías, como figuras de papel maché, catrinas pintadas a mano y pequeñas calaveras de barro, completan la escena, cada pieza creada con esmero por artesanos locales. Entre las ventas, los vendedores comparten historias y consejos sobre cómo montar una ofrenda, recordando que más allá de los productos, el Día de Muertos es una tradición que honra la memoria de los seres queridos.
Este fotoreportaje no solo muestra al mercado de Tlaxcala y el Tianguis de la Flor preparado para el Día de Muertos, sino que captura la esencia de una celebración donde la vida y la muerte se encuentran en un ritual lleno de respeto, color, y amor.