• Estas nubes están compuestas por pequeñas gotas de agua que se agrupan en altitudes medias

 

Las nubes aborregadas, también conocidas como altocúmulos, son un fenómeno meteorológico que suele cautivar la atención por su peculiar aspecto, similar al de un rebaño de ovejas extendido en el cielo. Estas formaciones son consideradas un indicio de cambios en el clima, especialmente de la llegada de frío o heladas, dependiendo de la región y de la época del año.

Estas nubes están compuestas por pequeñas gotas de agua que se agrupan en altitudes medias, aproximadamente entre los 2 mil y 6 mil metros sobre el nivel del mar. Su presencia es un signo de inestabilidad atmosférica y, a menudo, preludio de un cambio en las condiciones meteorológicas.

En términos científicos, se forman cuando masas de aire húmedo ascienden y se encuentran con temperaturas más bajas, generando condensación. Esta situación suele ocurrir antes de la llegada de frentes fríos o de una alta presión atmosférica que puede favorecer heladas durante las noches despejadas.

En muchas comunidades rurales, las nubes aborregadas son interpretadas como un “mensaje” de la naturaleza: el clima se enfriará en las próximas horas o días, una advertencia especialmente valiosa para quienes dependen de la agricultura y deben proteger sus cultivos.

Además de su importancia meteorológica, las nubes aborregadas resultan visualmente impactantes. Su patrón ordenado y esponjoso cubriendo grandes porciones del cielo crea un paisaje único que, en ciertos momentos del día, se vuelve aún más espectacular. Al atardecer o amanecer, cuando la luz del sol las ilumina con tonos rosados, dorados o anaranjados, las nubes adquieren un aspecto casi pictórico, despertando la admiración de observadores y fotógrafos.

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