Como cada año, cientos de feligreses en caravanas vehiculares, ciclistas o a pie viajan desde distintos partes de la República Mexicana hasta el santuario del Niño del Cerrito ubicado en el municipio de Santa Ana Nopalucan, algunos llevan juguetes para agradecer los favores o milagros recibidos, otros más acuden para encomendar a sus hijos.
La festividad en la que se venera a esta imagen inicia desde el 22 de junio y concluye el 1 de julio, de acuerdo con los encargados del lugar se desconoce la cifra exacta de cuantas personas llegan de visita, pero han podido constatar que la mayor afluencia se presenta el día 24 y 25.
Resaltan los arreglos florales que ocupan un gran espacio al interior de la iglesia, además de los cientos de juguetes entre pelotas, carros, triciclos, peluches, que adornan el lugar.
Juan Carlos Torres Rodríguez uno de los encargados del recinto señala que cada juguete que hay en la iglesia significa el pago por el milagro recibido que ha hecho a las diferentes personas que vienen con fe y le piden algo en especial.
“Los juguetes están en exhibición un tiempo y después los resguardamos en las bodegas que están en la parte de arriba, estos no se regalan ni nada, ahí se quedan porque son para el niño”, explicó.
En el santuario existe un mural donde se aprecia un pequeño niño parado en unos terrenos de labor y una leyenda escrita en la que se relata que en el año de 1952 el señor Alejandro Ocotero de oficio tlachiquero y albañil, se le apareció un niño cuando se dirigía al campo a raspar sus magueyes, el infante le pidió que le construyera una casa en ese lugar con las limosnas de los creyentes que llegarían hasta el lugar y como evidencia de que su encuentro había sucedido dejó una huella de su pie plasmada en arena y una cruz.
“Los del pueblo han aportado recursos pero más sus visitantes que dejan sus limosnas y también le traen flores o cosas que se necesiten para su capillita”, reconoció.
Pablo Hernández Estrada y Félix Aguilar Hernández, otros de los encargados del santuario e integrantes del comité organizador de la festividad indicaron que los visitantes llegan de Puebla, Estado de México, Hidalgo, Veracruz, Monterrey, Morelos, como resultado de sus milagros que son contados de boca en boca.
Además de las celebraciones eucarísticas también se realizan actividades artísticas, culturales y un baile popular, la mayoría de los pobladores aún conserva la tradición de preparar mole para agasajar a sus invitados.
Cabe señalar que esta imagen también realiza visitas a hogares donde así lo soliciten sin importar que sea fuera de la entidad, los gastos corren a cargo de la familia.