Hasta hace unos meses, la vida de Graciela Serrano Pérez transcurría de forma rutinaria en su natal Tepetitla, sus múltiples tareas como ama de casa, no le permitían tener algún tipo de achaque y hasta donde ella, tenía conocimiento se encontraba en perfecto estado de salud. A simple vista, nadie creería que a sus 60 años de edad es una de las tantas mujeres que día a día, lucha por evitar que el cáncer de mama regrese a su cuerpo.

Con voz nerviosa, cuenta que tras realizarse una autoexploración en el mes de julio, detectó una bolita en uno de sus senos a lo que reconoce no prestó mucho interés, pero tras pasar dos meses, la protuberancia no desapareció por lo que acudió con su médico familiar quien le solicitó un estudio de mastografía.

Ante la incertidumbre de saber si se trataba de cáncer, hizo lo posible para realizarse el estudio de manera casi inmediata y a los tres días, el médico le confirmó su sospecha, por lo que su caso fue turnado a la Clínica de Mama, ubicada en el Hospital General de Zona 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

“Fue un miércoles que me dio el diagnóstico y el viernes, recibí la llamada para tener una cita en la clínica de mama, donde la doctora Núñez y el doctor Salinas me explicaron de que se trataba, las cosas fueron tan rápidas que no tuve tiempo de que me cayera el veinte de lo que estaba pasando”, compartió.

Su lesión fue identificada en etapa inicial, el diagnóstico fue carcinoma ductal in situ, en el cual las células tumorales se alojan en los conductos de la leche sin extenderse a otros tejidos de la mama ni a ningún otro órgano, sin embargo, de ser detectado en etapas tardías puede evolucionar a otros tipos de cáncer de mama muy agresivos.

Tan solo unos días después de llegar a la clínica de mama, Graciela entró a cirugía el cinco de septiembre para que le fuera retirado el tumor, refiere que pidió a los especialista que de ser necesario, le fuera extirpada toda la mama, pero estos le refirieron que gracias a los avances médicos, esto ya no era necesario y únicamente, le quitaron un cuadrante y 17 ganglios.

“Es importante que uno desde un principio acepte el padecimiento para poder tratarlo y evitar caer en depresión, dejar de preguntarse porque a mí, yo dije Dios me pongo en tus manos y haz lo que debas hacer, y yo pondré todo de mi parte”, contó.

El proceso desde el diagnostico a la cirugía fue relativamente corto y asegura que no ha tenido tiempo de deprimirse, por el contrario, cada mañana se despierta con más ganas de vivir, fue canalizada al Hospital de Especialidades “San José” en Puebla, a la fecha ha tenido dos citas y para el 29 de octubre nuevamente acudirá al hospital para que le prescriban el tratamiento que debe seguir.

El tratamiento es por aproximadamente cinco años, pero esto no es algo que la desanime, recalca que no le importa que sea un proceso largo si ya no tiene el cáncer en su cuerpo.

Lamentó que aún existen muchas mujeres que por pena o machismo no acudan al médico, tras detectar algo extraño en su cuerpo o simplemente para hacerse un chequeo de rutina.

Estar alerta para detectar el cáncer a tiempo: G. Serrano

“Yo conocí a una persona que falleció porque dijo prefiero morirme a que me retiren algo de mi cuerpo, y puedo decirle que hay muchas mujeres que todavía le temen al esposo y no asisten con el médico o les da pena, y llegan a fallecer por eso”, señaló.

Recalcó que el cáncer no da ningún tipo de sintomatología pero mientras tanto va avanzando y en muchas ocasiones se detecta en la etapa final, cuando ya no queda nada que hacer, es por ello que exhorta a todas las mujeres a dejar de lado los mitos y la vergüenza.

Graciela tiene una hija de 24 años a quien constantemente anima para que se haga auto exploraciones, puesto que teme que el cáncer pueda afectarla a ella también, en alguna etapa de su vida.

“Uno debe estar con signos de alerta y de vigilancia constante, porque me comentaron que siempre es más factible que esto se desarrolle de parte de la mamá, a mi hija, y a mi demás familia le digo que se auto explore”.

Con una voz más firme, se dice feliz de haber superado una etapa del cáncer, ahora sigue el tratamiento para evitar que el cáncer regrese a su cuerpo, a pesar de ello, resaltó que continúa con sus actividades normales, escucha música, pasea, porque esto no es una barrera para continuar con su vida, tiene muchas ganas de vivir y hasta que Dios diga, ella se detendrá.

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