El gusto de “Sareki” por los comics inició a los 16 años cuando estudiaba la carrera de técnico en laboratorio clínico en el Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios (Cbtis), número 3, influenciada por las series televisivas de manga, a 18 años de distancia ha publicado cinco trabajos que nada le piden a las historietas japonesas.

Oriunda de Santa Ana Chiautempan, posee un don artístico que ha empleado en la creación de cómics e historietas, actividad que dice nunca vio como un pasatiempo sino como la oportunidad de hacer una carrera, la cual ya le ha dado frutos y que en próximos días le permitirá viajar a Francia para participar en una exposición: el 46 del Festival Internacional del Cómic de Angulema.

En entrevista para Síntesis, Josefina López “Sareki”, comparte que diseñó sus primeros personajes en la preparatoria junto con su grupo de amigos, lo cuales fueron pensados para una historia denominada “Dark Side”, sin embargo, con el paso del tiempo por razones del destino se separaron y ese proyecto quedó en el olvido, más no sus ganas de incursionar de manera profesional en el mundo del cómic.

Sareki, ejemplo de trabajo constante

“Había varias revistas que promovían la historieta y el manga, una de ellas realizó un concurso de autores mexicanos y quede entre los primeros diez finalistas de más de 100, en ese tiempo ya estaba muy enfocada en lo que yo quería y la carrera de laboratorista clínico ya estaba declinada por completo”, recuerda.

Pero su sueño no fue tan fácil de alcanzar, confiesa, puesto que su padre no estaba de acuerdo con su proyecto de vida, a pesar de ello, con tan solo 19 años se fue a la aventura a la Ciudad de México donde estudio en una escuela de historieta un curso sabatino durante casi dos años.

“Fue complicado porque en ese entonces a mi papá no le gustaba que dibujara, él sentía que era una pérdida de tiempo, siempre me vio como muy inocente y pensó que la gente me iba a ver la cara con el trabajo y que no iba a sobresalir, esa fue la primera traba, pero del otro lado estaba mi mamá quien me compró mi material para poder estudiar en México”.

Su inspiración, dice, proviene de algunos temas musicales de sus bandas preferidas que tocan temas fantasiosos, lo que le permite crear sus propios mundos.

Cuenta que una vez que concluyó su preparación como dibujante, durante cinco años se dedicó a crear retratos realistas en ferias populares en distintos puntos de la República mexicana, posteriormente quiso establecerse y abrió un local de coleccionables que le permitió participar en diversas convenciones de anime, de ahí que, tiempo después organizara un evento denominado “Matsuri Den” en el Centro de Convenciones de Tlaxcala, donde invitó a Oscar González Loyo, artista de cómic, historietista y dibujante mexicano quien al ver su trabajo la impulsó a entrar a la industria.

Con esta sacudida, como ella le llama, en 2011 decidió crear sus propias historias y en conjunto con otros dibujantes realizaron su primer proyecto “Ek Balam” que vio la luz en julio de 2012, bajo el cobijo de la editorial Cómictlan.

A la fecha ha publicado “Ixpule”, “La Leyenda del Chechén y el Chacá”, “Silver Demon”, “Ek Balam”, “Huitzil” y la tira cómica “Doctor Puerco”, mismos que han sido distribuidos en las Ferias del Libro de distintas entidades de la República Mexicana como Campeche, Guadalajara, Hidalgo, Puebla, Veracruz, Ciudad de México, entre otras.

Sareki, ejemplo de trabajo constante

Sareki o José como también le gusta que le llamen, señala que sus personajes favoritos son los de la historieta “Ixpule”, principalmente el personajes de Sara que fue creado por el escritor basándose en su personalidad.

Refiere que las habilidades que se requieren para realizar este tipo trabajo son creatividad e iniciativa para corregir los errores, además de que las ilustraciones deben transmitir sentimientos.

“No es que solo lo veas y digas que esta bonito y ya, puede haber artistas que tengan mucha experiencia, mucha preparación académica pero si no logra dejar algo en el público de lo que está viendo, siento que no sirve”, afirma.

A sus 34 años, continúa su profesionalización bajo la tutela de José Pacindo López y Luis Guarneros Cortés, quienes trabajaron de manera profesional en la industria de la historieta mexicana.

Su trabajo lo hace de manera “tradicional” pues no utiliza tecnología para la creación de sus personajes, lo que le permitió que una marca japonesa que produce materiales artísticos, la patrocine brindándole los artículos que requiere.

Trabaja hasta diez horas en su estudio, cosa que no le disgusta pues sabe que el trabajo constante siempre trae su recompensa, como lo es su participación en el Festival Internacional del Cómic de Angulema, que se realiza de manera anual desde 1974 en aquella ciudad francesa.

“A veces uno se queja más de lo que hace y si en verdad lo quieres tienes que trabajar por ello. Ha habido comentarios de otros ilustradores que tienen más tiempo en el medio diciendo que porque yo si hay proyectos mejores, pero tal vez sea porque me he partido el lomo viajando de aquí para allá y eso es lo que nos lleva a Francia”, dice.

Sareki, ejemplo de trabajo constante

Para obtener recursos económicos y poder viajar al continente europeo, Sareki le hizo un trabajo al Ayuntamiento de Tlaxcala, el cual cree será presentado y distribuido durante las celebraciones por los 500 años del encuentro de las dos culturas.

Además tiene otro proyecto en puerta, ya que una persona que tiene los derechos de la historia de “Martín Corona”, que fue una radionovela en la que participó “Piporro” y “Pedro Infate”, le pidió realizar el diseño de los personajes que formarán parte de una animación.

“Si se quiere se puede, nada es fácil, pero se tiene que ser obstinado y constante, cualquier cosa a la que te quieras dedicar requiere mucho de ti”, concluyó.

Sareki, ejemplo de trabajo constante

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