El 8 de Febrero de 1874, nace en Salvatierra, Guanajuato, Don Federico Escobedo y Tinoco, erudito y humanista que sería adoptado por Puebla, por su importancia en la ciudad.
Sus padres fueron Don Leandro Escobedo, comerciante de ropa y Doña Porfiria Tinoco. En 1886 ingresa al Seminario Palafoxiano de la ciudad de Puebla, donde estudió tres años de humanidades.
En 1889 se va al Colegio de San Simón, de la Compañía de Jesús, cerca de la ciudad de Zamora, aunque terminaría abandonando la Orden jesuítica por urgencias familiares. Posteriormente viajaría a España a estudiar filosofía en Oña, y regresaría a México para 1895.
Sería designado vicerrector del colegio episcopal de San Pedro y San Pablo de la capital poblana, además de que se imprimirían sus tres primeros libros en los albores del siglo XX.
En los colegios se encargaría de dar clases de Literatura, que había sido su especialidad durante sus estudios, particularmente en lengua latina. . En 1902 publicó su libro de composiciones latinas, titulado Carmina latina.
Mientras se encontró dando clases, en1907, la Academia de Buenas Letras y Ciencias de Roma, también conocida como Arcadia Romana, avisa que ha concedido a Federico el título de árcade romano, con el seudónimo de «Tamiro Miceneo».
La Arcadia Romana, otorga reconocimientos desde el siglo XVII, a escritores eminentes, sin distingo de nacionalidad, cuya característica es la de ser versados en las lenguas antiguas, y quienes toman el nombre de un pastor griego, real o imaginario, agregándole un gentilicio griego también.
Para 1914, Escobedo tuvo que hacerse cargo provisionalmente del arzobispado angelopolitano. Teniendo que encarar varias veces a grupos armados extremistas para salvar vidas y bienes necesarios del clero poblano, durante la etapa de la Revolución Mexicana.
La Academia Mexicana lo convierte en uno de sus individuos, y a partir de 1918 es miembro también de la Real Academia Española, en la clase de correspondiente extranjero.
Escobedo, volvería como Párroco de Teziutlán, en 1921, donde terminaría su trabajo más célebre la traducción de la Rusticatio mexicana de Rafael Landívar. Su bibliografía, cuenta con libros, folletos, composiciones sueltas y colaboraciones, que superan los cincuenta títulos.
En sus últimos años de vida, comenzaría su declive económico y lentamente se iría hacia la miseria falleciendo el 13 de noviembre de 1949. En julio de 1950, a petición del grupo literario la Bohemia Poblana, se erigió un busto en bronce de Escobedo, en un jardín, nombrado con su nombre de la colonia El Carmen.
En México, a lo largo de tres siglos, solo hemos tenido contados árcades romanos, quizá no más de 19 contando a “Tamiro Miceneo”, Federico Escobedo ilustre hijo de Puebla de los Ángeles. Su manuscrito traducción del poema latino Rusticatio Mexicana, se encuentra actualmente en la biblioteca universitaria “José María Lafragua”, de la BUAP.