Hace unos días, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) emitió un informe relacionado con el coste anual del crimen y la violencia como detractores de la riqueza de una economía.

Desde luego también como factor erosionante del tejido social e inhibidor del clima de inversiones, ¿quién quiere abrir una franquicia o trasladar una empresa subsidiaria en medio de ráfagas de bala, bombazos, secuestros y extorsión de empresarios?

El BID calcula en 261 mil millones de dólares el costo aproximado anual del crimen y la violencia en América Latina; no nada más su impacto público sino también social y primordialmente privado.

Toda esta vorágine significa el 3.55% del PIB de la región,  es decir, América Latina podría crecer mucho más si no tuviera estos factores nocivos obrando en contra.

Y si Carlos Fuentes escribió que América Latina era la región “más transparente” también desafortunadamente es la región más conflictiva la que destaca en el renglón de la criminalidad a tal grado que duplica el promedio del impacto del crimen en los países desarrollados.

Es decir, las favelas en Brasil, el extrarradio en Argentina y las disputas entre el narcopoder en México más la virulencia recalcitrante en Centroamérica le quitan mucho brillo a una región que desperdicia el mismo porcentaje en criminalidad que en inversión en infraestructura.

El binomio inseguridad-violencia sigue siendo una operación de resta en cuanto al crecimiento de una economía y desde luego juega un rol perverso en el renglón de lo social.

Según el BID “equivale a los ingresos del 30% de la población de menores ingresos de la región lo que subraya el grave impacto que la delincuencia tiene sobre el desarrollo de los países”.

En verdad es muy preocupante ningún político debería dejar de lado dicho informe: “El crimen y la violencia alcanzan niveles que se acercan a una crisis. La región tiene el 9% de la población mundial, pero registra un tercio de las víctimas de homicidios a nivel global. Es la región más violenta del planeta fuera de las zonas de guerra. Seis de cada 10 robos son cometidos con violencia y el 90% de los homicidios no son resueltos. Sus cárceles están entre las más hacinadas en el mundo”.

Eso aunado a una muy mala publicidad porque además prevalece una tendencia a maximizar cualquier hecho de violencia… las noticias se han latinoamericanizado.

Hay una resonancia global mediática por un estudiante en Monterrey atacando a punta de pistola a su profesora y compañeros pero unos días después en España un estudiante “niño bien” agarró a cuchilladas a sus compañeros.

El video de los lamentables hechos de Monterrey recorrieron incesantemente las redes sociales y la noticia apareció en todos los principales medios de comunicación del mundo. Lo de España, no.  Y en ambos casos son dos estudiantes atacando a sus compañeros al interior de las aulas, la intencionalidad es la misma y el grado de locura, ambos son hechos psicóticos.

Pero el impacto no se digiere igual porque lamentablemente se va construyendo una imagen con silogismos malvados donde “México es un país violento, sus estudiantes atacan a sus compañeros; por ende, todos son violentos”. Y eso en la psique es un bombardeo negativo la gente extranjera se lo pensará dos o tres veces para viajar, hacer turismo, poner un negocio o llevar  a cabo una inversión.

 

A colación

No, la violencia en la región no es homogénea, el BID destaca que en Centroamérica dos países están atrapados en dicha descomposición: Honduras y El Salvador. “En ambos el costo del crimen y la violencia supera el 6% del PIB”.  Por su parte en Brasil es del  3.78% del PIB, en el caso particular de México es del 1.92 por ciento.

¿Qué pasa en países desarrollados en este renglón? El organismo internacional aduce que tienen tasas bajas con impacto menor dentro del PIB, por ejemplo,  Alemania con el 1.34% del PIB, Canadá con el 1.39%,  Estados Unidos con  el 2.75% o Reino Unido con  el 2.55 por ciento.

Nótese que el porcentaje de alcance es menor en México que en Estados Unidos pero el boomerang en la forma cómo se esparcen las malas noticias van en detrimento de la propia imagen del país azteca. Crea fama y…

 

@claudialunapale