Foto: Víctor Hugo Rojas/Síntesis
A la salida de su cargo como presidente de la CMIC, Ramírez define: “Realmente no hay mucho que reinventar, era un ciclo muy programado, muy trazado, seguiré en mi empresa, trabajando en el sector, no es una ocurrencia de tres años, soy un convencido de la agrupación, del sentido gremial, del trabajar juntos, como sociedad, hay que ver qué circunstancias vienen”.
Con la mejor marca del Maratón de su vida: tres horas con seis minutos, el expresidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), Alberto Ramírez y Ramírez ahora desarrollará su quehacer como Coordinador de Obra Privada en la CMIC nacional.
Sumarse a una Comisión Ejecutiva fue una invitación que solamente había recibido antes Jorge Roberto Espina Reyes y Armando Adame Sosa.
A TORO PASADO
Beto, como lo llaman sus amigos, estima que su paso por la presidencia de la CMIC Puebla por una circunstancia de la vida se dio en un contexto complicado, no obstante, “por mi parte me siento muy satisfecho y muy tranquilo, por qué hice el mejor de mis esfuerzos para representar una cámara muy propositiva, muy digna, con una personalidad, que mantuvo la visión de la institución”.
“Un indicador es cuanta obra conseguiste para los socios, porqué es una realidad, y sí, no hubo grandes oportunidades, siempre estuvimos a la expectativa de las grandes oportunidades, pero estoy en la tranquilidad de que hicimos el mejor de los esfuerzos, que incursionamos en el sector privado, y eso nos marca”, acota.
En entrevista reflexiona que todas las circunstancias tienen sus partes buenas y malas, no hay absolutos: “Un aspecto positivo es que ante las pocas oportunidades locales se salió de la zona de confort, quizás con menos afiliados, pero más creativos y buscamos como constructores otorgar una mejor calidad y responder a las verdaderas necesidades del sector”.
Considera que migrar del nicho de dedicarse casi exclusivamente a la obra pública para incursionar en la privada resultó benéfico: “En el sector privado hay mucha más fidelidad, si eres eficiente y competitivo vas a abrir con tus clientes trabajo en forma más permanente, en contraste con la obra pública que es más un tema de relación, del funcionario que no se la juega con gente nueva porqué busca quedar bien, pero luego llega el nuevo y es volver a empezar de nuevo”.
La CMIC había caído en esa zona de confort del sector público y ahora se ha redireccionado también al privado, pero ambos se han desarrollado, recalca Ramírez y Ramírez, quien concluye que “trabajar afuera de Puebla no es lo difícil que muchas veces parece…”.
LO INTERNO Y LO EXTERNO
Presidir la CMIC Puebla es todo un reto ante el cruce de señales de socios, de clientes, de todos los involucrados, pero, Ramírez subraya que al final del día “siempre la postura fue proactiva, nunca de enfrentamiento, traté de buscar la mejora del contexto públicamente. En lo interno nos apostamos a realizar un plan estratégico, metas, pues barco que no lleve rumbo cualquier viento no le es favorable”.
Ese plan estratégico se circunscribió a objetivos, puntos que depurar, pasar de una CMIC con cierta estabilidad a una gestión cuidadosa, austera, que cuidó los recursos y que deja números negros, tan negros como para iniciar y terminar la primera etapa del Edificio de Capacitación.
“Pudimos haber destinado dinero a la mejora de oficinas, pero el beneficio quedaría solamente en casa, por lo cual nos apostamos a la capacitación, a repercutir a toda la población, a los trabajadores del gremio, a consolidar un sector más capacitado, con más trascendencia que cuidar tui casa”, explicó.
VACAS SAGRADAS
¿Alberto Ramírez sufrió a las vacas sagradas, hay vacas sagradas en la CMIC?
Si las hay, como en todos los organismos y grupos sociales. Las llamadas vacas sagradas siempre tendrán un punto de vista valioso, tienen experiencia y algunos raspones y medallas que les dan los años. Pero es valioso escuchar a todos, aunque tú como presidente tendrás la última palabra, tu último criterio que es el que te dará un buen resultado, la responsabilidad es tuya.
¿Qué consejo darías tras tu paso en la CMIC? Mas que Consejo, sería una observación, mantener la amplitud de visión al organismo, la mayoría de la gente pide oportunidades de trabajo, pero la Cámara es mucho más, tiene otros elementos de relevancia y trascendencias, en educación, en vinculación entre agremiados y fuera de estos, relacionarse con los sectores públicos y privados, crear más oportunidades a nivel nacional e internacional.
“Pensar sólo en buscar chamba limita mucho las oportunidades y trascendencia de una institución, asevera.
¿Te ves como vaca sagrada? En mi actuar trató de ser objetivo, expresar mi opinión, pienso muy bien mis opiniones antes de expresarlas y me ha dado rating en los lugares en los que concurro. Ahora tendré opiniones en el Consejo Consultivo y me invitaron en CMIC nacional a la Coordinación de Obra Privada.
Me precio en la CMIC de haber hecho conciliación, recuerda que perdí con Ricardo Pérez Güemez por tres votos hace seis años y me da orgullo que lejos de tomar revanchismos o tener diferencias, se hayan salvado las grietas institucionales y hayamos trabajado.
Llegué sin rencores, sin problemas, Toño Hernández (el actual Presidente de CMIC Puebla) fue de los que apoyó a Ricardo, el propio Ricardo se sumó a mi gestión, lo cual refleja que hay una cámara muy bien integrada, no dividida, no hay grupos en conflicto o en choque.
Toño Hernández fue parte de la planeación estratégica y la expectativa es continuar con el trabajo. La continuidad es un tema bien relevante, se han planteado no llegue cualquier improvisado que dé al traste con el trabajo.
¿Cuáles son tus planes en la CMIC nacional?
“Ahora en CMIC nacional buscaremos hacer una convocatoria abierta para interesados en obra privada, pues si a nivel local está desaprovechada la CMIC, en el país hay más oportunidades y grandes grupos, o sea, hay que aprovechar la personalidad de las cámaras y sus delegaciones, empezaremos con un plan piloto en Querétaro y Estado de México donde hay grandes proyectos privados y de ahí partiremos”.
“El modelo iniciado en Puebla para vincular al sector con la edificación privada llamó la atención y buscaremos replicarlo en las 43 delegaciones”.
¿Si te ofrecieran un cargo en la administración pública, dirías sí o no y porqué?
“Habría que pensar, que valorar primero, en que se basa la propuesta, afortunadamente no es un tema que me quite el sueño y que ande buscando”.
“Mejorar círculos de influencia es algo que me gusta, ayudar socialmente, ver el qué, el cómo, valorarla seriamente, no diría si a la primera”.
“Es halagador recibir una propuesta en ese sentido, pero puede resultar muy caro en el sentido de tu empresa que es de lo que vivimos mi familia y yo, sería de pensarse seriamente”.
¿Cuál fue tu momento más importante en la presidencia de la CMIC?
“Sin duda la Expo Construcción del 2014 con la asistencia del Gobierno del Estado, la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, el entonces Presidente Municipal Tony Gali, cinco secretarios y diez delegados, fue bueno, tuvo el mayor rating en la historia”.
¿Y un momento triste?
“No diría que triste en particular, pero lo más desafortunado fue no poder lograr encontrar una respuesta a las constantes ofertas de participación que nosotros institucionalmente ofrecíamos. En lo personal e institucionalmente fuimos desaprovechados, pudimos colaborar y coadyuvar en muchísimas cosas”.
GOLPE DE TIMÓN
“Indudablemente un golpe de timón es la primera piedra, significa todo, apostar por la trascendencia social, de la Cámara, ir por una institución mejor que la que encontré, mejor relacionada, con presencia e interlocución de autoridades que se refleja en la realización de un proyecto como el Centro de Capacitación”.
“Qué sea un proyecto material, de edificación lo hace mas lucidor, hay meritos intangibles, pero este es completamente tangible que lo conjunta todo, es como un broche de oro”.
“Mi compromiso ahora es no dejar el proyecto al desamparo, más gusto que poner la primera piedra será poner la última piedra y como todos los proyectos hay que atenderlo y cuidarlo para que llegue a feliz término”.
“Además, la invitación a sumarse al Consejo Nacional es un gran halago, aprecian el esfuerzo en todas las acciones, no pasamos de noche, es un reconocimiento de la suma de talentos, esfuerzos, creatividades e innovación”.
“La fácil era seguirse con el script, atender todas las invitaciones que ocupan el 80 por ciento de la agenda y hubo que arriesgarse, presentar nuevos proyectos y alternativas, el balance es positivo y prueba es el lugar en que me encuentro”.
A dos semanas de los 54 años, Beto Ramírez apuesta por mantener esa plenitud…. Hoy tiene una condición física mejor que cuando tenía treinta años, se prepara para correr los 55 kilómetros el próximo año, uno por cada año de edad.
Estratégico, organizador, con liderazgo, empático, conciliador, disciplinado, obsesivo, perfeccionista (con cierta desazón ante los logros parciales), Ramírez y Ramírez pondera que siempre las situaciones las veo completas, cuando pasa acá, trato de ver hasta allá.
Agradecido al equipo de trabajo en CMIC y en su Empresa, Alberto Ramírez y Ramírez concluye: “No me veo como producto, sino como una persona que está haciendo su mejor esfuerzo donde esté. Si logro un posicionamiento tengo que ver la forma de aprovecharlo, servir a la gente, a los socios. Cierto, por la naturaleza de mi actividad y por mis valores busco el buen nombre y el prestigio, profesionalmente es importante, es fundamental, sobre todo para servir”.