Foto: Omar Vargas/Síntesis
Finalmente recibió la Presidencia Municipal de Pachuca la maquinaria destinada al nuevo rastro municipal, lo que lleva a los tablajeros a calcular que a más tardar en un mes más éste podría comenzar a dar servicio, e iniciar de inmediato el proceso para recibir la certificación como Rastro TIF, lo que tomará unos dos años.
Jesús Gutiérrez González, presidente de la Federación de Tablajeros de Hidalgo, informó que hasta el momento la Presidencia Municipal no determina si el nuevo rastro será administrado por el Ayuntamiento o se concesionará a los tablajeros.
Cualquiera de las dos opciones será aceptada por esta federación, pues en ambos casos los introductores tendrán que pagar una tarifa por el sacrificio de los animales.
Especialmente importante será el comenzar a tramitar, desde el inicio de las actividades, la certificación de calidad ante el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), como Rastro Tipo Inspección Federal (TIF).
“Ese proceso de certificación no es sencillo ni rápido; toma alrededor de dos años y la Senasica envía a un certificador a que esté presente en este tiempo en el rastro, para verificar que se cumplen todos los requisitos que impone la Norma TIF”.
Una normatividad muy estricta, explicó, a fin de asegurar que la carne, hasta ser depositada en el vehículo del introductor o tablajero, ofrece garantía de inocuidad, de ser un producto no contaminado. “Ya en manos del tablajero, la calidad de la carne es otro cuento”, aseguró.
Descartó que por tratarse de un Rastro TIF tengan que subir las tarifas de matanza y esto se refleje en los precios al consumidor, ya que dijo, es cierto que los costos de la matanza se elevan, pero Senasica cubre una parte de los mismos.
Dijo que existe gran interés entre los tablajeros por contar en Hidalgo con un Rastro Tipo Inspección Federal (TIF), que asegura un manejo adecuado de las reses y de la carne, después del sacrificio.
Los introductores y tablajeros de Pachuca han tenido que llevar su ganado a sacrificar en rastros de municipios vecinos, lo que les ha representado mayores costos, lo que incide en el precio promedio de la carne maciza de res, de 150 pesos en promedio.