La iglesia católica reprobó la violencia que se ejerce en contra de las mujeres y, a través de la Arquidiócesis de Puebla, convocó a la sociedad a asumir un papel responsable al denunciar los actos inhumanos o de injusticia que sufren las poblanas y que las ponen en un estado de “esclavitud”.
El vocero de la institución, Felipe Pozos Lorenzini, reconoció que la iglesia “ha hecho muy poco” para acabar con la violencia contra el género femenino y llamó a los católicos a fomentar la cultura de la denuncia.
En rueda de prensa dominical, el obispo auxiliar reflexionó sobre los feminicidios ocurridos en la entidad pero evitó opinar sobre la implementación de la alerta de género, pues argumentó que el problema de origen es la descomposición social.
“Todos debemos reconocer que hemos hecho muy poco por las mujeres que se encuentran en situaciones muy duras, despreciadas, marginadas e incluso reducidas a esclavitud. Debemos condenar la violencia sexual que sufren las mujeres y eliminar los obstáculos que impiden su plena inserción en la vida social, política y económica”, citó al Papa Francisco previo al Día Internacional de la Mujer.
En esa tónica, el sacerdote consideró que es fundamental recuperar la unidad familiar, ya que la escuela no es el lugar para la formación en valores de una persona sino que comienza con los padres.
“La esencia no está en la escuela. La clave está en volver a la familia. La escuela es importante pero la familia lo es más. La escuela no está para solucionar problemas familiares”, comentó.
Agregó que el total de los problemas que los sacerdotes escuchan en los confesionarios son familiares y por esto es importante recuperar a este núcleo.
“Todos somos responsables de lo que estamos viviendo y debemos contribuir a una sociedad más justa: universidades, gobierno, iglesia, instituciones, ciudadanos”.
Pozos Lorenzini señaló que nadie debe “escaparse” de las denuncias que se hagan para defender a las mujeres.