Es frecuente que al obtener un crédito de instituciones públicas como la Secretaría de Economía, el Fondo Nacional del Emprendedor o el del Instituto Nacional de Economía Social (antes Fonaes), entre otras instituciones, los emprendedores y empresarios no los paguen o solo los cubran parcialmente.
Ante esta situación, los cerebros de la administración pública federal crearon a partir de este año una serie de medidas que aseguren que lo que antes fueran financiamiento a fondo perdido, o créditos oficiales, sean ahora recuperados.
Mediante nuevas reglas de operación, tenemos que instituciones como la Comisión Nacional de Vivienda, el Infonavit, además de las antes citadas, “amarren” ahora la recuperación de los recursos asignados.
En el caso de la Conavi y su programa de subsidios a la vivienda popular –recursos aplicados a fondo perdido-, este año, que además de reducir de 9 mil a 6 mil pesos la bolsa nacional encontró otra manera de disminuir este financiamiento en la práctica, previniendo además un incremento en el precio de la vivienda.
Esta medida consiste en limitar los subsidios a trabajadores con ingresos de hasta 4 veces el mínimo, pero elevar el monto de los créditos de Infonavit para que los trabajadores alcancen los nuevos precios de las casas, que de acuerdo a la Cámara Nacional de Desarrolladores de Vivienda, han aumentado entre un 5 y 7 por ciento en lo que va del año.
Es decir, lo que anteriormente muchos trabajadores recibían a fondo perdido o gratis, vía subsidio, ahora lo pagarán a lo largo de 30 años de deuda con el instituto.
Igualmente la Secretaría de Economía aplica a partir de este año, una serie de programas de financiamiento para sustituir en parte lo que eran programas de apoyo –a fondo perdido-, además de “amarrar” los programas de financiamiento para asegurar la cobertura de los mismos.
Entre estos programas está el de “Crédito, Ven a Comer”, que con una bolsa de 600 millones de pesos para todo el país, administrada por Nacional Financiera (Nafin), a través de la banca comercial, dará créditos a los restauranteros que demuestren por lo menos 2 años de actividad formal –mediante la presentación de la declaración de impuestos-, tengan reportes positivos en el Buró de Crédito, y en préstamos de más de un millón de pesos, cuenten con aval.
Lo que se busca es alentar la inversión y el consumo, pero asegurando la recuperación de los recursos empleados y aplicarlos nuevamente en fondo revolvente, lo que le ha funcionado de maravillas al Infonavit.