Sin oferta suficiente de espacios de estacionamiento, el Camino Real de la Plata, en la Zona Plateada, se enfrenta a la disyuntiva de resolver esta carencia o ver frenado su desarrollo, pues acudir a la zona se ha convertido en un auténtico problema para quienes se ven obligados a hacerlo.

Recorrer esa avenida, donde se asientan ya una docena, por lo menos, de dependencias federales y estatales, además de numerosos restaurantes, bares, oficinas privadas y hasta instituciones bancarias, en búsqueda de un espacio de estacionamiento, parece una tarea imposible.

Y es que en esa avenida acaparan los pocos espacios disponibles los empleados de instituciones como las delegaciones de Infonavit, la Secretaría de Economía y la Procuraduría para la Defensa de los Contribuyentes, el Instituto de Transparencia Gubernamental, la Comisión Nacional del Agua, la Secretaría de Turismo, entre otras, sin dejar espacios para quienes acuden a las mismas a realizar trámites.

Si bien estas dependencias están ubicadas en moderno y amplios edificios, que cuentan con espacios de estacionamiento subterráneo, se observa a simple vista que su número es apenas suficiente para los mandos altos, y los empleados menores, al igual que el público que acude a las instituciones, deben buscar en donde en donde estacionarse.

La falta de espacios de estacionamiento ha llevado a dueños de predios aún baldíos en la zona, a habilitar los mismos con cajones de estacionamiento, los que han sido acaparados por empleados gubernamentales, sin que se permita estacionarse al público en general, u operan con tarifas tan elevadas como 60 pesos.

La grave carencia de espacios de estacionamiento ha obligado a las autoridades de Tránsito a hacerse los desentendidos por el estacionamiento a lo largo de esa avenida en dirección poniente-oriente, en donde se multiplican los señalamientos que prohíben el mismo. Los autos no sólo se estacionan sobre la cinta asfáltica, sino también sobre las anchas aceras.

En la desesperación por asegurar los pocos espacios de estacionamiento disponible en las calles, aunque esté prohibido, los vigilantes de los edificios, más que cuidar los inmuebles, se dedican a poner y quitar “pinitos” de plástico color naranja para apartar los lugares; de no haber “pinitos”, cubetas hacen lo propio.

A las entradas de los fraccionamientos ubicados en la zona se observan también dichos pinitos, para evitar que los autos “ajenos” obstruyan la vista de las fachadas o dificulten la salida o ingreso de los vecinos.

Aquí construir un enorme estacionamiento vertical sería un super negocio”, se comenta entre quienes se ven en la necesidad de acudir a la zona, a alguna de las instituciones ahí ubicadas, y “dan vueltas y vueltas” en espera de encontrar un espacio para dejar su vehículo.

En tanto restaurantes, bares y salas de fiesta ofrecen, hasta ahora, espacios de estacionamiento en los lotes baldíos, pues su actividad se acrecienta por las tardes y noches, cuando la burocracia cumplió ya con su horario de oficina; lotes que es de esperarse, un día se construya en ellos.