Hace siete años, Adrián Dávila Cholula se graduó de la universidad; desde ese tiempo consiguió inmediatamente un empleo en el área administrativa en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), aun sin contar con el Título Profesional.
Este caso forma parte del fenómeno que se vive entre los egresados universitarios de acuerdo con datos proporcionados por la Secretaría de Educación Pública.
El joven de 31 años estudió Ciencias de la Comunicación de 2005 a 2010 en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), y se especializó en comunicación organizacional.
«Salí de la escuela y cuando terminé conseguí empleo; ya no fue para mí tan necesario sacar mi título profesional”, respondió Adrián, en una entrevista que Síntesis le realizó como seguimiento al trabajo realizado respecto a que los profesionistas desestiman el tener el documento con que se hace constar la obtención del grado.
Detalla que cuando concluyó sus estudios universitarios, de inmediato realizó examen en el Seguro Social para ingresar en el área de Servicios Básicos. Desde que entró ahí no le han pedido dicho documento, “jamás fue necesario”, reitera.
“Cuando ingresé, fuimos aproximadamente 60 personas las que hicimos exámenes psicométricos, de conocimientos, y aptitudes; de esa cantidad, sólo 12 personas nos quedamos. No fue requisito tener una cédula profesional para poder unirse. Me mantengo en el sector salud, pero conforme ha pasado el tiempo he ido presentando exámenes y he ido creciendo, ahorita me encuentro en el área administrativa del seguro social, pero igual no requieren del certificado de universidad, titulación, para seguir laborando”, afirma.
Respecto a que algunas empresas no pidan el título profesional, el joven considera que es positivo porque de los recién egresados, muchos, no cuentan con el recurso económico (12 mil pesos como mínimo) para poder obtenerlo.
Entonces –para el profesionista- el hecho de que algunas compañías dejen a graduados trabajar dentro de ellas sin ese tipo de documentos es importante, porque de cierta forma mucha gente se capitaliza de ese empleo para poder después generar el papel oficial o crecer laboralmente.
No es el único
Dávila Cholula recuerda que cuando estudiaba en la universidad, el grupo de alumnos estaba comprendido de 40 jóvenes, de los cuales –según tiene conocimiento- se han titulado alrededor de 20.
“Siempre es importante, tener un título, queramos o no, es como la pauta para tener un empleo; de manera personal hice una licenciatura, hice mi carrera por cuestión familiar, que era como el sueño de mis padres, sin embargo, creo que un título no te hace ni mejor, ni peor persona en cuestión de conocimiento, es más importante la capacidad que tengas en esa época y la capacidad para hacer negocio”, destaca.
A decir de Adrián, contar con el título profesional y tener más estudios siempre te abrirá más espacios, sin embargo –insiste- que si la persona se desempeña en el ámbito de buena manera, sabe aprovechar las oportunidades y tiene la capacidad, ese documento no es tan necesario; “ sí tengo en mente titularmente en algún momento”.