El Instituto Electoral del Estado (IEE), encabezado por el presidente del consejo general Jacinto Herrera Serrallonga, es un completo desastre en el que parece que se juega a la caja china -gestión tras gestión- para tapar un trabajo político insano.

Por algo el organismo se ha mantenido en el ojo del huracán desde su nacimiento -en el año 2000- y en la crítica de la opinión pública.

Y lo peor de todo es que al Instituto Nacional Electoral (INE) parece no importarle el desastre administrativo y operativo que se ejecuta en el instituto encargado de vigilar los procesos electorales que se llevan a cabo en Puebla.

Porque aunque mucho se habló de la desaparición del IEE a raíz de la creación del INE el organismo sigue operando de la misma forma.

Es una lástima que a la fecha ningún presidente del IEE haya dignificado la imagen y la labor de un organismo que debería ser garante de transparencia, justicia y legalidad.

Actualmente, el instituto está encabezado, como ya lo mencioné, por Jacinto Herrera como presidente, así como por los consejeros Luz Alejandra Gutiérrez Jaramillo, Claudia Barbosa Rodríguez, Flor de Té Rodríguez Salazar, Juan Pablo Mirón Thomé, José Luis Martínez López, Federico González Magaña y por la secretaria ejecutiva del consejo general, Dalhel Lara Gómez.

Desde su creación, el IEE ha tenido 4 consejeros presidentes y un interino.

Empero, los escándalos del instituto electoral empezaron desde la gestión de su segundo presidente, Jorge Sánchez Morales, ahora magistrado de la Sala Regional del Tribunal Electoral de Poder Judicial de la Federación (Tepjf) en Guadalajara, cargo recién asignado por el Senado de la República.

Con Jorge Sánchez el IEE empezó su martirio y su permanente presencia en los medios porque se le acusó de ser de corazón priista y proclive al marinismo y al ex gobernador Mario Marín Torres.

Durante la gestión de Jorge Sánchez (2006-20012) se evidenciaron varios escándalos como la renta de inmuebles a costos millonarios y exagerados, así como la aprobación de gastos personales excesivos.

A Jorge Sánchez, los representantes de los partidos políticos de oposición al PRI lo calificaron siempre de un árbitro parcial.

El primer presidente del IEE fue Alejandro Necoechea Gómez, quien al parecer mantuvo estable el organismo recién creado por el entonces Congreso del Estado.

Sin embargo, el tercer presidente Armando Guerrero Ramírez tal vez fue quien arrastró al instituto electoral del estado al más bochornoso de sus escándalos.

Y es que Armando Guerrero renunció al cargo de consejero presidente debido a que fue descubierto por haber falsificado su título de abogado y su cédula profesional, ambos documentos presentados ante el Congreso del Estado para su nombramiento.

El entonces nuevo representante del IEE fue electo en octubre de 2012 por el Congreso del Estado, por lo que a Armando Guerrero le correspondió calificar la elección del local del 2013, año en que se eligieron a los actuales ediles y diputados locales (quienes realizarán una gestión por cuatro años y ocho meses).

En 2014, el IEE registró un escándalo más pues tuvo que “renunciar” prácticamente al entonces consejero electoral Víctor Cánovas Moreno, quien fue evidenciado realizando proselitismo en Tlaxcala y Nayarit a favor del entonces aspirante a la dirigencia nacional del PAN, Gustavo Madero Muñoz.

Posterior a la salida de Armando Guerrero, la consejera Olga Lazcano Ponce asumió la presidencia del IEE, aunque su cargo fue cuestionado e impugnado por el entonces secretario general Miguel David Jiménez, quien al final dimitió a la posición.

Recientemente, el IEE fue evidenciado una vez más luego de que el pasado 12 de marzo la dirigencia estatal del PAN, representada por Jesús Giles Carmona, anunció el proceso de expulsión en contra de 73 panistas que apoyaron abiertamente a Ana Teresa Aranda Orozco en su aventura como candidata independiente a la gubernatura en 2016.

Según el representante del PAN en el IEE, Óscar Pérez Córdoba, el descubrimiento de las firmas de apoyo se logró gracias a una serie de solicitudes de transparencia tramitadas en el IEE.

Sin embargo, ayer el consejero presidente del organismo, Jacinto Herrera, desmintió públicamente la versión y aseguró que fue el propio IEE y la presidencia la que entregó la información a solicitud del PAN, bajo el argumento de que el partido haría una compulsa.

Por lo tanto, sostuvo que se vio obligado a entregar la información solicitada bajo la jurisprudencia 23/2014, la cual refiere que la información no debe reservarse.

¿Es o no el IEE el instituto del desastre?

¿Volverán a exigir, por segunda ocasión, los partidos de oposición al PAN la renuncia de Jacinto Herrera, ahora por la entrega de la información de Ana Tere?

Alguien haga algo por limpiarle la cara al IEE.

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