Que mal hará el dirigente estatal del PRI, Jorge Estefan Chidiac, si hace efectiva su amenaza de quitarle la coordinación de regidores al priista Iván Galindo Castillejos, el político de su partido más congruente.
Porque ahora resulta que en el PRI hablar con la verdad es un pecado.
Que bien por el regidor y que mal por Estefan.
Y que bien por Iván porque ya anunció que a pesar de perder la coordinación continuará siendo priista y diciendo, libremente, lo que siente.
Y que mal por Estefan porque él que se jacta de ser un político, un priista y una persona inteligente y tolerante resulta que es todo lo contrario.
Ya sólo falta que a Iván Galindo lo quieran por expulsar del PRI por asumir su libertad de expresión.
Contrario a lo que se hace ahora con Iván el PRI debió haberle otorgado -desde hace mucho- la dirigencia municipal de Puebla porque a la fecha se ha mostrado como el priista más aguerrido, más combativo y de verdadera oposición en el estado.
Ninguno de los diputados locales del PRI, ni siquiera el títere que tienen como diputado y dirigente en la ciudad, ha sabido asumir el papel de político de oposición.
José Chedraui Budib ha sido para el morenovallismo un “dirigente kleenex” del PRI. De esos que se usan y tiran a la basura de inmediato.
Ha sido un socio más que cuida los intereses particulares y los del grupo que Gobierna el Estado.
Y ahora Jorge Estefan se suma a la larga lista de políticos parcos, grises, mañosos, interesados y perversos que velan por los intereses personales más que por los colectivos en el PRI.
Con razón Andrés Manuel López Obrador (AMLO) los sigue llamando “la mafia en el poder”.
Con la actitud y acciones de Estefan se confirma que el PRI es un partido que siempre ha negociado con el morenovallismo en Puebla.
Es la manera más cómoda que han encontrado los priistas poblanos de “élite”, como Estefan, para permanecer en su puesto priista sin sobresaltos.
Sobre todo ahora que se avecina una elección tan importante como la del 2018, en la que renovará al presidente de la república, gobernadores, senadores, diputados federales, locales y ediles.
Los perversos acuerdos políticos entre el PRI y el PAN continúan, en el ámbito local y nacional, para tratar de detener a AMLO.
¿Qué dirán de las amenazas de Estefan contra Iván Galindo las mujeres del PRI más representativas como Rocío García Olmedo y Silvia Tanús Osorio?
¿Qué dirán los diputados que integran la bancada priista en el Congreso del Estado?
Legisladores, por cierto, que únicamente se limitan a levantar la mano o a abrir la boca para decir “a favor o en contra”, y sólo cuando les es necesario.
Sería bueno que hoy externaran una opinión sobre el tema.
El PRI de verdad que atraviesa una severa crisis.
Una crisis de la que no se ve cuando pueda salir.
Una crisis que los llevará a un nuevo fracaso electoral en 2018.
Una crisis que los va a debilitar cada vez más.
El grupo parlamentario del PRI en el Congreso es el mejor ejemplo de las opacidades legislativas y partidistas, y de cómo un partido se ha ido debilitando.
Porque los diputados locales del PRI representan la débil y ridícula fuerza que su partido posee en Puebla.
¿O a alguien había escuchado el nombre de Francisco Javier Jiménez Huerta, por ejemplo?
Y si la respuesta es no entonces le informo que es diputado local del PRI.
Pobre partido.
Pobres de sus militantes.
Y se quejaban del marinismo.
En el PRI está a la vista un nuevo fracaso y nadie hace nada para evitarlo.
En twitter: @poncharelazo