Toda pérdida involucra dolor, más, menos, lo “normal” es que nos duela despedirnos, finalizar o perder aquello que en algún momento fue o sigue siendo importante, y que sea necesario atravesar por una etapa que nos ayude a transitar por la tristeza sin instalarnos en ella sin término alguno, este proceso, es conocido como: duelo, elaborarlo y superarlo es una medida que por salud mental no deberíamos pretender postergar o evitar.
Las etapas del duelo no tienen un orden fijo en todas las personas, pero ocurren, cada una tiene un objetivo específico y nos llevan no necesariamente a aceptar la pérdida sino a aprender a vivir con ella, claro, depende del significado de lo que se haya perdido, lo sano es que el dolor que se experimenta sea proporcional a la importancia de esta, no se vive igual el perder a un ser querido, que el quedarse sin empleo o extraviar el celular… por lo menos, en condiciones de buena salud mental, la escala del dolor entre estos ejemplos debería variar bastante.
¿Por qué hay personas que siguen sufriendo por una pérdida durante muchos años o toda su vida? ¿Cuáles son las razones por las que huimos del duelo? Hay pérdidas que difícilmente podremos superar, otras que aceptaremos pero que seguiremos prefiriendo que no hubieran ocurrido, y otras que abren nuevos caminos en la vida y nos enseñan recursos personales que desconocíamos.
Hablando de relaciones de pareja, de empleos y de expectativas, los duelos tienen un sentido que deberíamos considerar para no pretender huir de estos.
Etapas del duelo: Negación, ira, negociación, tristeza y aceptación.
Obviamente que hay dolor en la aceptación no solo de la pérdida, sino también en la de vivir el duelo, no hay otro camino, la tristeza se transita, tienes que pasar a través de ella para dejar de estar triste, esta emoción nos permite cerrar ciclos, así que es necesario aceptarla, aun si se trata de un ciclo bellísimo en tu vida o el trabajo más satisfactorio que has tenido hasta ahora… y también debemos saber despedirnos de nuestras expectativas, de sueños o deseos de lo que no va a suceder, estas pérdidas no son tangibles, pero, se materializan en los hechos que “creemos” que ya no vamos a vivir.
Y ¿sabes qué? Regularmente, ante este tipo de pérdidas, si las procesamos adecuadamente después de un tiempo dan paso a otros nuevos proyectos o a sueños que no se nos habían ocurrido y que son más viables y más grandes que los anteriores.
El duelo es indispensable para decirle adiós en todos sentidos a aquello que ya no está en el presente, se vale enojarse, estar triste, querer comprar al mundo e intercambiarle algo para que nos devuelva lo perdido, pero, un tiempo más tarde admitir que aunque nos duela la situación cambio, la relación concluyó o ya no somos los mismos de antes.
Hace años leí en alguna parte: “vivimos en un mundo de despedidas, algún día tendrás que decirle adiós a tu propia vida, por lo tanto, aprende a decir adiós”… en lugar de evitar el duelo, hay que abrirnos a este cuando sea necesario, mirarlo como un remedio para aliviarnos, para continuar con la vida aún después de la muerte de algo o de alguien a quien hemos amado… tener presente la finitud nos haría apreciar más el momento presente, lo que se tiene en el aquí y el ahora y esto a su vez nos ayudaría a despedirnos con amor de lo que con amor hemos vivido.
Las pérdidas ocurren, ya sea por elección o porque se ha cumplido un ciclo, negarnos a procesar el duelo posterga la recuperación y nos impide abrir la puerta a lo que la vida trae para nosotros, cada lágrima derramada debe ser una dosis de alivio que con el tiempo nos permita aprender, agradecer y mirar amorosamente lo que fue, el pasado es parte de nosotros, por lo tanto, elegimos como mirarlo y recordarlo.
Ama hoy lo que tienes, aprecia y demuestra lo que sientes, fortalece y disfruta de tus vínculos, aprovecha cada momento, olvídate de quejarte y resuelve lo que sea necesario, cuando llegue el tiempo del adiós admite tu dolor sin permitir que se convierte en sufrimiento permanente. Si no puedes superar el dolor por ti mismo la Psicoterapia puede acompañarte a hacerlo, y recuerda que, nada es eterno, por eso, abrázate a la vida con todo lo que llega y lo que algún día se va.
Twitter: @Lorepatchen
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