El triángulo rojo cobra cada día a día mayor relevancia. Medios nacionales e internacionales documentan las actividades ilícitas del robo de combustible en el Estado de Puebla.
Organismos de inteligencia federales documentan que los recursos que obtienen los ‘huachicoleros‘ sólo del robo de combustible superan los mil 600 millones de pesos mensuales, es decir, más de 19 mil 200 millones de pesos anuales.
Para decirlo en términos coloquiales, el robo de combustible deja ganancias por casi 54 mil pesos diarios en seis municipios de Puebla.
El periodista Jorge Fernández Menéndez en su columna «Razones» de este miércoles, hace un recuento detallado que ha arrojado, por un lado, esta actividad ilícita, y por otro, los esfuerzos por parte de la autoridad para frenar al crimen organizado en la zona.
El robo de combustible ha sido ya catalogado como uno de los principales negocios del crimen organizado, que en la gran mayoría de los casos deja más recursos que el propio narcotráfico. Esta práctica se está adoptando en otros estados, pero tiene su epicentro en nuestro estado, Puebla.
Pemex y sus miles de tomas clandestinas
Durante el actual sexenio federal se han localizado en todo el país poco más de 21 mil tomas clandestinas. El poliducto Minatitlán-México es el que más ha sufrido la ordeña de los huachicoleros.
Este poliducto cuenta con 592 kilómetros de largo, de los cuales 154 kilómetros cruzan por el Estado de Puebla. Es justo en este tramo donde proliferan la mayoría de las tomas clandestinas.
Los municipios de Quecholac, Acatzingo, Tepeaca, Acajete, Tecamachalco y Palmar de Bravo encabezan la lista. La famosa zona conocida como el Triángulo Rojo. En esta zona se han detectado cuatro mil 441 tomas clandestinas.
La Nueva Sangre Zeta, los líderes
Fernández Menéndez también documenta que el Triángulo Rojo está dominado por el grupo denominado Nueva Sangre Zeta, un desprendimiento de los Zetas que surgió cuando se desmembró la cúpula de esa organización en el 2015.
Las investigaciones federales dan cuenta que esta banda criminal opera entre Puebla y Veracruz y son uno de los principales responsables de la violencia que afecta a ambos estados.
El jefe de Nueva Sangre Zeta se llama Roberto de los Santos de Jesús y le apodan El Bucanans. En Puebla, su lugarteniente es su hermano Saúl apodado El fósil y complementan el robo de hidrocarburos con el secuestro, la extorsión y el robo al transporte de carga.
Tienen bajo su mando a distintos grupos menores, como uno llamado Los Tlacuaches, que opera en San Martín Texmelucan y Palmar Bravo. Otra banda se hace llamar Los Gasparín y operan en Tepeaca, Amozoc y Esperanza.
Las bajas policiales
El enfrentamiento entre autoridades estatales y federales en contra de los huachicoleros ha dejado bajas sensibles para el gobierno.
Tan solo en el último año se han presentado en la zona 23 enfrentamientos con los pobladores: doce con militares, dos con la Policía Federal y ocho con elementos de seguridad de Pemex cuando se ha intentado cerrar las tomas clandestinas, incautar el combustible robado y detener a los responsables.
A todo lo anterior, las fuerzas del orden se enfrentan a las manifestaciones violentas cuando intentan hacer operativos para detener a delincuentes o bien para decomisar producto robado.
El modus operandi es el mismo: los criminales utilizan, sobre todo, a mujeres y niños, mientras que hombres armados van agazapados detrás de ellos.
Los últimos 12 meses han sido los más sangrientos. Un policía federal muerto, cuatro policías federales y dos elementos de seguridad de Pemex heridos por arma de fuego. Más recientemente, el 9 de marzo pasado, fueron secuestrados y asesinados por los grupos criminales que operan en la zona tres agentes de la fiscalía general del estado en el municipio de Esperanza.