Foto: Mizpah Zamora
Como mujeres cada día nuestro entorno nos exige más en el trabajo y el hogar, todos los días tenemos que ser madres, esposas, hijas, hermanas y un sinfín de roles que a cualquiera podría volver loco, pero Elizabeth Márquez Rosas, es un Orgullo de Mujer porque es multifacética y proactiva, y aunque es Química Farmacobiólogo de profesión egresada de la UNAM, expone que su carrera es la vida, su formación y aprendizaje es todos los días.
Ha vivido un sinfín de roles, además de ser química, le encanta la docencia, hizo una maestría en Desarrollo de la Educación en la Universidad Iberoamericana, lo que le llevó a impartir por muchos años clases de matemáticas y química, trabajó para empresas pues se certificó en temas de calidad, ahora es una exitosa empresaria de “Texcalla, café”, empleada del IMSS, y hasta en la política ha estado inmersa,- recuerda a carcajadas-, “he hecho de todo, mi carrera es la vida, mi formación y aprendizaje es todos los días”.
Eli, como la conocen, es una mujer que muestra equilibrio total en su vida laboral, personal y empresarial, que se siente plena en todas sus facetas, sin embargo, también reconoce que no ha sido fácil, pero ha puesto imaginación y creatividad para lograr todo lo que es y lo que tiene, “no nada más es así, hay que esforzarse porque nada pasa solito, pero es bonito cuando se ven y cristalizan los proyectos y otros que van surgiendo”.
Es una mujer proactiva, que dirige su vida, sabe lo que quiere y trabaja cada día en obtenerlo, decide qué hacer con su tiempo, tiene planes para conseguir lo que quiere, aunque sabe que existe el riesgo de que no salga bien, pero entonces ya se encuentra lista para volver a cambiar y retomar nuevamente.
Le encanta tener y hacer amigos y eso le ha llevado a estar en lugares y encargos distintos en la administración pública y en la iniciativa privada, compartiendo su actividad laboral como empleada del IMSS, como jefe de Producción (diversas empresas), jefa de Control de Calidad en algunos laboratorios, inspector de la industria farmacéutica, incluso estuvo incorporada a la Secretaría de Comercio Federal y por si faltara algo también en la docencia y en la política.
De ésta última (política), recordó que pasó un rato a invitación de amigos -que no sabía que eran importantes-, pero que la llevaron a formar parte del proyecto del entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa, situación que retoma como una experiencia más, pues su trayectoria de vida ha sido hacer amigos, “a los amigos en donde quiera los encuentras haciendo nada y haciendo todo”.
Sin embargo, asegura que el tema de política no se le da, “soy una mujer integra, me enseñaron a ser incorruptible, entonces no estás a tolerar nada y mejor lo dejé pasar, no podría”, externó riéndose.
Como mujer se siente totalmente satisfecha de todos sus logros, “me siento plena auténtica y además no puedo ser diferente, me criticaron y me dijeron que no podría estar en la política siendo tan franca y creo que no puedo hacerlo”, insistió.
Está satisfecha con la vida, que le ha dejado ser buena hija, excelente estudiante, con buenas calificaciones (becada), buena madre, soy mamá de dos hijos y buena esposa, pues lleva felizmente casada 36 años y está enamorada de su marido.
Cuando le surge la idea de la cafetería, Texcalla Café, la vida le cambió, porque es un lugar que creó ella misma y ahí llegan todos sus amigos, y sus planes son a futuro para poder consolidar este proyecto, “llevamos cinco años de querer formar una marca tlaxcalteca en el servicio de cafeterías y ahora este lugar se llena, antes aquí no llegaba nadie y ahora se llena”, muestra muy orgullosa.
En este proyecto independiente y familiar que le ha costado, dinero y esfuerzo, Eli, nos abrió no solamente su casa, sino el corazón y le invade la nostalgia al recordar a sus tres ángeles (sus padres e hijo Q.D.E.P.), a quienes recuerda orgullosa, pero también de esas pérdidas, “hemos visto que también aprende uno a valorar lo que tienes, ya no se puede uno echar para atrás en lo que ya no tienes, hay que disfrutar lo que tiene uno justo en el momento”.
Desde muy pequeña tomó clases de natación (deporte que a la fecha practica), en el equipo de Nelson Vargas y su entrenador fue Felipe “El Tibio” Muñoz, (campeón olímpico en 1968), el entrenamiento fuerte al que era sometida a esa edad y el ejemplo de sus padres, le marcó la vida y le dio la pauta para ser una persona que se enseñó a luchar y “auto competir”, por obtener logros a base de esfuerzos, por eso para ella hay un aprendizaje todos los días.