El Ejecutivo estatal Tony Gali Fayad, se sumó a la campaña #YoNoDoyMordida, con la firma del documento promovido por la Coparmex, al definir que la corrupción es un obstáculo para el progreso de México y ofertar acciones concretas para enfrentarla y que Puebla siga con rumbo fijo hacia el progreso.

El gobernador de Puebla destacó como el robo de combustibles es ejemplo de corrupción, donde la misma sociedad corrompe a infantes protegiendo a los delincuentes, en lugar de denunciarlos a las autoridades, con impacto en las finanzas del gobierno federal.

“Hablando por el gobierno y lo que tiene que hacer el gobierno”, Gali Fayad, acotó que la falta de información es una causal de la corrupción, al apuntar la necesidad de continuidad para promover la cultura de la denuncia, pues, “aún falta mucho por hacer”.

Llamó a hacer sinergias para romper el paradigma de la corrupción, reconocer el problema y el que nos toca hacer, pasar a la acción y combatir las causas para gestar un cambio social con valores cívicos y morales.

“Para combatir el fenómeno de la corrupción hay que vincular las acciones de un buen gobierno con la ciudadanía”, al compartir que la campaña se centra en tres premisas: No hacerlo, dirigida a los ciudadanos; no lo permitas, dirigida a la autoridad, y si lo ves, denúncialo, dirigida a la sociedad en general.

Ratificó que el Civismo y la Ética volverán a los programas educativos, además de acciones de gobernanza y buen gobierno para hacer de la transparencia, el gobierno abierto y la rendición de cuentas, pilares del desarrollo de Puebla.

El presidente del Centro Empresarial de Puebla (Coparmex), Antonio Quintana Gómez, recalcó que Puebla es hasta el momento el único estado del país que se suma a la campaña #YoNoDoyMordida, al referir el hartazgo a la corrupción y “el no pasa nada” durante décadas.

Criticó que haya una economía informal que no paga impuestos que compita con los negocios formalmente establecidos, para luego referir una serie de frases de sarcasmo, ironía y cinismo que reflejan la corrupción como “ponte la del Puebla” o “el Año de Hidalgo”, o “no me des, ponme dónde haya”.

El costo de la corrupción afecta a lo político, genera un desencanto a la democracia, cuesta lo que cinco gasolinazos y 83 veces el presupuesto de la UNAM, señaló por su parte el representante del Consorcio Universitario, Antonio Sánchez Díaz de Rivera, al apuntar que 44 por ciento de empresas han dado sobornos.

“Tenemos que ser creadores de confianza”, refirió, al destacar la voluntad política del gobierno de Tony Gali para firmar el acuerdo “que ahora todos tenemos que cumplir”.

El presidente de la Comisión de Empresarios Jóvenes Puebla, Diego Campuzano, argumentó que la percepción de corrupción alcanza en el estado niveles del 90 por ciento, porcentaje mayor a la media nacional.

Afirmó que la campaña es apartidista, al plantear que se trata no solamente de aceptar que incurrimos en corrupción, sino dejar de hacerlo.

El presidente de la Comisión Anticorrupción de Coparmex Puebla, Leobardo Espinosa Rodríguez, pidió resultados palpables y cárcel para algún corrupto, con el fin de evidenciar la voluntad política para el cáncer de la corrupción que nos está carcomiendo a todos.

Dijo que la corrupción afecta al país por la omnipresencia y omnipotencia, con prácticas como el soborno, el uso de fines públicos para intereses privados y otros en los que incurre la inmensa mayoría de la población, con pérdidas equivalentes al 10 por ciento del Producto Interno Bruto.

Indicó que los casos de corrupción de los exgobernadores que incrementaron la deuda estatal en 186 mil 535 millones de pesos, implicaron un mayor costo al erario público que los beneficios del recorte presupuestal.

La corrupción es un cáncer que avanza rápidamente y obstaculiza el bien común,  repercutiendo al individuo, con un punto crítico en que la corrupción tiene un precio tan caro como los aparentes beneficios logrados.

Cuesta evadir los impuestos, introducir mercancías o agilizar los trámites, “todo se puede”, pero cuesta y repercute en el desarrollo de la sociedad, con males internos que a la larga se convierte en una forma pervertida de ser y ver el mundo, incluso dando al traste con el alma, concluyó Espinosa.