A pesar de la inseguridad en la región del llamado triángulo rojo, sacerdotes católicos permanecen oficiando misas y visitando las parroquias de los municipios donde operan las bandas dedicadas al robo de combustible en los ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex), señaló el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa.

Señaló que hasta este momento ningún cura ha solicitado su cambio a otra diócesis para evitar el peligro que significa evangelizar en los seis municipios del estado en conflicto.

“Están en la trinchera y ninguno me ha pedido cambio de todas estas parroquias, al contrario, yo me siento más comprometido con ellos, mi deseo es estar más cercano a ellos por estar en una zona donde hay mucha inseguridad y mucha violencia”, manifestó.

El prelado dijo que siente respeto y admiración por esos sacerdotes y que busca estar lo más cercano posible a ellos para apoyarlos.

Aclaró que ninguno de los miembros de la Arquidiócesis de Puebla goza de protección especial y que simplemente “es encomiendan a Dios”.

Sánchez Espinosa reiteró que el surgimiento de imágenes como la del “niño huachicol” es una distorsión de la fe y no es reconocida por la iglesia, por lo que pidió a la gente rechazar este tipo de devociones.

Periodistas deben cuidarse

El arzobispo de Puebla deseó que no ocurran más muertes de periodistas en el país y recomendó a los reporteros de la entidad “que se cuiden” ante la violencia que existe en diversas partes del país.

“Que Dios los acompañe, el matar a una persona es un desprecio a la vida. Los acompaño a todos los periodistas. Cuídense y cuidémonos. Todos estamos en el peligro y con el Jesús en la boca”, exclamó en alusión a la muerte de la periodista Miroslava Breach Velducea en Chihuahua.