Foto: Mizpah Zamora
En su visita al estado, el periodista Rafael Loret de Mola, reconoció la fiesta brava de Tlaxcala, al señalar que se encuentra dentro de las cuatro entidades más taurinas del país, actividad que se realza con gran pasión pese a los antitaurinos.
En entrevista para Síntesis, consideró a Tlaxcala como un “sueño” permanente en donde recuerda sus años de niñez cundo el torero Manuel González “pinocho” lo trajo por primera vez a la ganadería de Piedras Negras con Jorge Aguilar “El Ranchero” y a la de Coaxamalucan, en donde realizó sus primeros pases a una becerra “que me metió un tremendo trancazo y rompió el pantalón que guardé como trofeo y recuerdo con mucho cariño”.
El escritor consideró que existen cuatro estados que destacan por su fiesta taurina; Tlaxcala, Aguascalientes, Zacatecas y Querétaro, en donde producen toros de lidia, aunque puntualizó que no en todos lados hay tanta pasión por la fiesta como en Apizaco y Aguascalientes “riñan en eso de ser la ciudad más taurina de la República”.
Por fortuna, indicó que se está “blindando” la fiesta con el objeto de evitar “intrusos ignorantes bípedos” que no entienden una palabra de toros y que pretenden imponer su voluntad a los que reconocen el significado cultural y artísticamente este espectáculo.
Expresó que los argumentos de los antitaurinos han sido superados por completo, ya que no tienen más recurrencia de hablar que los aficionados se regocijan con la violencia en el ruedo lo cual es totalmente irreal.
“El carácter del hombre se impone a la naturaleza viva que está representada por la bravura del toro, esto hace que se vuelva la competencia entre el ser pensante y la bestia en una profunda lección existencial. El animal nos muestra los desafíos de la vida y el torero la capacidad de la inteligencia para superarlos”.
Mentes privilegiadas apoyan la fiesta de los toros
Loret de Mola, indicó que esta lección existencial atrae a mentes privilegiadas que han apoyado la fiesta de los toros, como el caso de la minerva de América, Sor Juana Inés de la Cruz, quien escribía décimas a un rejoneador “pocos lo saben pero lo hizo en 1680”.
Refirió que este es un ejemplo de la tradición que mantiene la fiesta brava, misma que ha sido respaldada por premios nobel, escritores de renombre, artistas mexicanos como; Cantinflas, Agustín Lara, María Félix, quienes fueron apasionados del arte del toreo.
En Apizaco me siento como hijo adoptivo
Rafael Loret de Mola, manifestó sentir un apego especial a Tlaxcala, e incluso se consideró hijo adoptivo de Apizaco, en donde “siente” de cerca al toro de lidia, así como a los amigos que creó desde la infancia.
Sin embargo, mencionó que en esta ocasión por primera vez le pesó la ausencia de El Brujo de Apizaco, Rodolfo Rodríguez, a quien le tuvo mucho aprecio “lamentablemente ya no está, lo extrañé mucho porque asistía en todos los eventos en donde participaba en Apizaco, pero ayer ya no pudo ser”.
No obstante, indicó que tiene muchos recuerdos gratos de “El Pana”, por lo que durante su visita al estado, acudió a la casa del extorero que será remodelada para crear un museo.
Y es que manifestó su deseo de que la figura de este “gran hijo de Apizaco” trascienda más allá de los años, para que lo conozcan las nuevas generaciones.
En su corta visita al estado, indicó que pudo apreciar la presencia de jóvenes que les atrae la idea de ser toreros y otros que les repele la posibilidad de incursionar por las “mentiras” que se han divulgado.
Argumentó que dicha condición se podría deber a que anteriormente la grandeza del toreo se imponía por la propia sensibilidad y ahora es necesario argumentarla y debatirla “y el más importante argumento es el hecho de que el toro, para mí, muere feliz en el ruedo, porque la otra alternativa sería la sordidez de un rastro. Estoy seguro que si le preguntáramos a dónde prefiere morir escogería la plaza de toros”.
Reconocen 50 años de trayectoria periodística
Después de la conferencia dictada por el matador de toros Diego Silveti en el Centro Cultural La Libertad de Apizaco, Rafael Loret de Mola, recibió un reconocimiento a su trayectoria de 50 años de periodista.
Autoridades, toreros y ganaderos, reconocieron su labor periodística, toda vez que éste señaló su apegado a Tlaxcala, además de destacar la fiesta brava.
Refirió que cumplió cinco décadas, lo cual celebró en la Ciudad de México, en donde acudieron amigos procedentes de 19 estados de la República.