El arresto de la depuesta mandataria tuvo lugar este viernes, inmediatamente después de que el Tribunal Central de Seúl concluyó una maratónica audiencia en la cual debatió la petición que los fiscales especiales presentaron al respecto el pasado lunes.
En su demanda para el arresto de Park, los fiscales especiales argumentaron la gravedad de los presuntos delitos y la posible destrucción de las pruebas.
Después de nueve horas de debate, la corte finalmente emitió una orden de arresto contra la expresidenta, quien estuvo presente en la audiencia acompañada por dos de sus abogados, de acuerdo con despachos de la agencia surcoreana de noticias Yonhap.
Park, destituida en un fallo histórico del Tribunal Constitucional el pasado 10 de marzo, se convirtió en el tercer exmandatario del país en ser arrestado por acusaciones criminales, después de Roh Tae-woo y Chun Doo-hwan.
La policía reforzó la seguridad en las inmediaciones de la corte, con la movilización de unos dos mil oficiales, ya que tanto partidarios como detractores de Park realizaron manifestaciones.
Los fiscales sospechan Park actuó en connivencia con su amiga Choi Soon-sil para obligar a decenas de conglomerados locales a “donar” cantidades millonarias a dos fundaciones controladas por Choi, quien ya se encuentra detenida.
El líder de facto del grupo Samsung, Lee Jae-yong, también fue detenido por dar o prometer varios millones de dólares a Choi como comisiones ilegales a cambio de favores empresariales.
Si Park, quien ha negado todas las acusaciones en su contra, es declarada culpable de los cargos de soborno, podría ser condenada a 10 años o más de prisión.
También está acusada de coacción por una lista de más de nueve mil figuras culturales críticas a sus políticas; además se sospecha que abusó de su poder al presionar a sus colaboradores para que despidieran a funcionarios del Ministerio de Cultura que se resistieron a las medidas contra esas personas.
