Quiero contarles la historia de una mujer que aunque dejó de existir hace casi 65 años, su influencia todavía se siente en su país de origen. Si quiero hablarles de ella, es porque fue un claro ejemplo de que las mujeres podemos hacer mucho si nos lo proponemos, si no nos rendimos y porque en una época dominada por los hombres, pudo lograr más que ellos.
Hablo de Eva Perón, quien fuera Primera Dama de la República Argentina del año 1946 al 1952.
Personaje polémico, amada por muchos y odiada por otros, fue una mujer de origen muy humilde que gracias a su interés por el teatro y su inmenso deseo de vivir una vida mejor, se trasladó del pueblo donde vivía a la ciudad de Buenos Aires, capital de Argentina, a la edad de 15 años con tal solo una maleta en la mano. Pasando por innumerables penurias, logró poco a poco irse abriendo paso en el medio artístico y gracias a que alcanzó la fama mediante las radio novelas (en los tiempos en que la radio era el principal medio de comunicación) conoció a quien se convertiría en su marido y presidente de la Argentina, al general, Juan Domingo Perón. Se conocieron en un evento a beneficio de las víctimas de un terrible terremoto que sacudió a una región del país y desde ese momento no se separaron hasta la muerte prematura de ella.
Cuando Perón alcanzó la presidencia respaldado por una aplastante mayoría de origen obrero, su esposa, Eva Perón, de inmediato se avocó a la realización de obras sociales. Como la clase alta la rechazaba por su origen y por ser actriz, no se le permitió asumir el cargo honorario de presidenta de la fundación filantrópica por excelencia del país, así que decidió no dejarse derrotar por ese desaire y tomar ella el control de las obras de caridad.
Con el apoyo de su marido, se instaló en una oficina del Ministerio del Trabajo donde comenzó a atender de manera directa a toda persona que requiriera algún apoyo. Fue tal su éxito que tuvo que trasladarse a otro edificio que fungiera únicamente como sede para sus actividades. Más adelante, con recursos de la presidencia y de otras secretarías, logró conformar la “Fundación Eva Perón”. Sus obras las realizó a gran escala a todo lo largo y ancho del país. Desde entregar una máquina de coser a un ama de casa hasta la construcción de “Ciudad Evita”, que serviría para dar hogar a numerosas familias y que incluiría una escuela, “Evita”, como la llamaba cariñosamente la gente, llevó felicidad a un sinnúmero de hogares pobres.
Su labor fue incasable; atendía desde muy temprano hasta muy entrada la noche (a veces salía de madrugada de sus oficinas) a sus “descamisados” o “grasitas”, como le gustaba decirles de cariño. Y no era pura propaganda del gobierno; los registros históricos dan cuenta fehaciente de la entrega de la Primera Dama a su pueblo. Pero esa misma entrega fue la que minó su salud. Las constantes desveladas y su precaria alimentación, fueron haciendo mella en su organismo. Comenzó a sentirse mal a principios de 1951. El diagnóstico: cáncer. Palabra fatal que hasta nuestros días nos hace estremecer.
Aún con su enfermedad logró obtener un derecho que las mujeres argentinas venían exigiendo desde años atrás: el del voto femenino. Esto lo logró incluso antes de que en México se nos permitiera votar y hasta conformó una rama femenina del partido peronista. Fue uno de sus principales triunfos. Estuvo a punto de obtener la candidatura por la vice presidencia de Argentina, pero los militares así como el cáncer se lo impidieron. Con su cada vez más deteriorado estado de salud trató de continuar con sus actividades pero poco a poco tuvo que retirarse de sus funciones. Se fue debilitando con rapidez y aunque todavía pudo dar un último discurso y acompañar a su esposo en la toma de protesta para su segundo mandato presidencial, falleció el 26 de julio de 1952. Tan sólo tenía 33 años.
Fue y sigue siendo la mujer más llorada por los argentinos. Fue y sigue siendo la mujer que más influencia ha ejercido en su país. Fue y sigue siendo un ícono femenino de la historia argentina y del mundo. Fue y sigue siendo amada y odiada. Sigue siendo hasta hoy emblema del Partido Justicialista ([peronista] por sobre su marido) que conserva a 71 años después de su origen un gran poder de convocatoria a nivel nacional. Se han escrito numerosos libros sobre ella y hasta se produjo una obra de teatro musical.
Como mencioné al principio fue una mujer polémica. Así como ayudó a muchísima gente también tuvo su lado oscuro de intolerancia a las críticas pero revisando la historia, es más recordada por la gran labor social, entrega y cariño que demostró a manos llenas hacia su pueblo, así como por haber logrado sobrepasar en popularidad al propio Presidente de la República e imponerse en diversas ocasiones ante un gabinete conformado principalmente por militares que no creían posible que una mujer tuviera tanta influencia en su país, precisamente por ser mujer.
Tomemos de ejemplo a esta gran figura femenina así como a otras de la historia, para que demostremos que todas las mujeres podemos llegar tan lejos como nos lo propongamos.
Nos leemos el próximo domingo.
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