Mogadiscio. Al menos siete personas murieron el miércoles en la capital de Somalia al explotar un coche bomba delante de un restaurante, según dijo el miércoles la policía. Se temía que el grupo extremista Al Shabab, que ha prometido desestabilizar el país tras la llegada del nuevo gobierno, estuviera detrás del ataque.
Varias personas resultaron heridas en la enorme explosión, registrada cerca de los ministerios de Seguridad Interna y Juventud y Deportes, indicó el coronel Ahmed Hashi.
Nadie reclamó en un primer momento la autoría del ataque en Mogadiscio. Sin embargo, Al Shabab, relacionado con Al Qaeda, suele perpetrar atentados similares.
La potente explosión destruyó el restaurante. La policía sacó los restos ensangrentados de un hombre de entre los escombros y dijo que podría haber más. Varios soldados apartaron a una creciente multitud y dispersaron a la gente con disparos al aire.
«A esas sanguijuelas no les importa la vida humana, si hay civiles u otras personas», dijo el capitán de policía Mohamed Hussein, que acusó a Al Shabab del atentado. El capitán se encontraba de pie junto al cuerpo ensangrentado de un hombre, en medio de cristales rotos.
Los rebeldes se han visto expulsados de la capital y otras grandes zonas urbanas en Somalia, pero siguen cometiendo ataques mortales en Mogadiscio y otros lugares. Entre sus objetivos hay hoteles, controles de seguridad militares y el palacio presidencial.
Al Shabab ha tachado al nuevo presidente del país, Mohamed Abdullahi Mohamed, de «apóstata», y advertido a los somalíes que no le respalden. El grupo fue expulsado de la capital durante el breve mandato de Mohamed como primer ministro, entre 2010 y 2011.
Mohamed, que resultó elegido en febrero, ha prometido hacer de la seguridad una prioridad en el caótico país, donde el frágil gobierno central trata de extender su control más allá de unas pocas zonas como la capital.